viernes, 26 marzo 2010
Jardines
Ayer o antier, saliendo del estacionamiento de mi trabajo me sorprendió el agua que caía sobre mi cabeza ya que era un día soleado y relativamente caliente para un comienzo de primavera en el que no se esperaba la lluvia. Miré hacia arriba y me di cuenta de que lo que pasaba era que estaban regando una plantas en la terraza del edificio. Mi mente volvió de repente a los primeros meses que pasé en Francia recién llegado hace más de treinta años. Me habían hablado de los jardines y de las mangueras automáticas que los regaban por doquier. De esos aparatos no había en Colombia cuando yo me vine. Son esos artilugios que con la presión del agua van girando poco a poco hasta cierto punto desde donde se devuelven velozmente para volver a empezar un nuevo ciclo sin cesar. Lanzan sus chorros más o menos lejos. Los jardineros solo tienen que cambiarlos de puesto y reorientarlos regularmente. Cuando yo llegué, varias veces me vi lavado por sorpresa por no haber calculado el movimiento para pasar entre las gotas. Era casi un juego esperar un rato para pasar corriendo en el momento preciso. También era gracioso ver a los demás tratando de escapar al juego de agua. Dentro de poco volverán a «florecer» esas mangueras por estos jardines que gracias a ellos son tan verdes.
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sábado, 09 enero 2010
Polo Norte
La nieve cambia todo el paisaje alrededor. Me hizo pasar casi una hora en el carro camino a casa anoche mientras que en condiciones normales el trayecto dura unos quince minutos. El sueño de niño del trópico de conocer la nieve ya quedó atrás hace muchos años. Sin embargo me sigue gustando ver caer nieve, ver los parques transformados, pensar en la vida en los países nórdicos con noches interminables en invierno y días interminables en verano. Parece que las nubes se calientan cuando producen nieve; es el fenómeno contrario a cuando se derrite pues en este caso absorbe el calor y enfría su entorno. Cuando vi rusos corriendo por las calles de San Petersburgo para comprar y comer helados al final del invierno hace años, me sorprendí mucho; yo tenía ganas de tomar un café o un chocolate caliente y ellos comían helados. Tomar sopa caliente en invierno es un placer que se parece a tomar gazpacho en verano. Pienso en la vida de los hombres prehistóricos en una Europa glacial, pienso en la Edad Media en invierno en un monasterio helado, como en la película El nombre de la rosa. Quiero aprovechar del frío ahora para no quejarme en verano cuando el calor no me deje dormir. Ver la nieve por la ventana disfrutando del calor del cuarto es un espectáculo. Caminar en un parque helado de nieve pero en un día soleado me gusta, pero que no dure demasiado tiempo, a menos que esté muy bien cubierto. Me han dicho que la traducción al español del francés congère es quizás ventisquero o también banco de nieve. Seguro que son palabras que no se necesitan en el trópico, en mi país, aún en las frías noches bogotanas. Lo que lo hace a uno pensar la nieve en invierno.
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viernes, 18 diciembre 2009
Nieve
Blanca y polvorosa como harina llena las calles, cubre los carros, obstaculiza el tránsito, nos recuerda que el invierno ha llegado, que dentro de unos días las noches serán las más largas del año en estas latitudes, que no debemos quejarnos de calor en verano ni de frío en invierno sino disfrutar del encanto de cada estación, que hay gente que duerme en las calles sin domicilio con temperaturas bajo cero, mientras nosotros tenemos una cama calientita dónde soñar con un mar tropical de arena blanca y sol que achicharra, que un papá Noël del trópico está fuera de lugar, que un árbol de Navidad decorado con algodón para imitar la nieve es un chiste, un chiste va a ser la salida al trabajo temprano en estos días de invierno. Poderse quedar en casa sin sentir el frío, frente a una chimenea, con un buen libro y música de un piano, un contrabajo, una batería como la que oía anoche mientras llegaba la hora de dormir y soñar con nieve en un verano de sueño en algún lugar del sur del sur lejos de Copenhague y de su compromiso imposible y costoso para el planeta tierra. Nieves perpetuas y lejanas de mis volcanes nevados tolimenses, nieves pasajeras de montañas jurásicas de esta zona ginebrina que me alberga y que ya siento mía.
13:38 Anotado en Naturaleza | Permalink | Comentarios (0) | Tags: invierno, frío