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domingo, 03 junio 2012

Viaje en cama

NV-IMP807.JPGMe has convencido, dejo a mi marido. Vive en estado vegetativo desde su accidente hace un año. Lo veo a diario. No mejora. Pensaba pasar la vida entera esperando su despertar o su muerte. Lo cuidan bien, no le faltará nada. Me voy a dar esa vuelta al mundo que planeaba con él y se la contaré a mi regreso.

jueves, 01 septiembre 2011

Contraseñas, claves y secretos

NV-IMP771.JPGHoy tenemos que identificarnos de muchas formas pero últimamente lo que manda son los códigos y contraseñas electrónicas. ¿Cómo será el mundo de los ancianos dentro de unas décadas?

Recuerdo de niño que una vez mi abuelo llegó disgustado a casa porque en el banco un empleado nuevo le había pedido la cédula de ciudadanía para un trámite siendo que de costumbre, como todos lo conocían, no le pedían identificación; con firmar era suficiente. A mi madre, con la edad, le temblaban las manos y ya no podía firmar. A veces le tocaba ir en persona con un documento de identidad para ciertos trámites.

Una vecina mayor que no tiene computadora en casa, ni mucho menos correo electrónico, me pidió el favor de que mirara en el sitio web de su telefónica a qué regalos o rebaja tenía derecho con unos puntos que había acumulado. Entré en el sitio pero me pedía identificación con un correo electrónico. Se me ocurrió crearle uno en Hotmail, pero empezó a pedirme tantos datos personales que desistí. Entré con mi nombre para ver qué ofrecían, pero tampoco encontré nada que pudiera interesarle. La mayoría de los premios eran sistemas electrónicos o informáticos que ella no podría usar. Le aconsejé que fuera a la oficina del operador telefónico para que la ayudaran.

A otro amigo que tampoco tiene computadora le tocó pelear para que le enviaran unas facturas en papel por correo postal, pues le decían que solo existían en la web o por correo electrónico.

A mi esposa le pasó la semana pasada que por un error de manipulación bloqueó su teléfono celular. Para recuperar el código PUK tocó ir al sitio web y entrar a la página de desbloqueo introducir otra contraseña; menos mal la recordaba. Decía que le podían enviar el código por SMS o correo electrónico. Por fortuna el correo electrónico sí funcionó y al fin pudo desbloquearlo.

Me pasa que cuando dejo de visitar algún sitio web durante un tiempo se me olvidan los códigos de acceso. Así he terminado bloqueando tarjetas de crédito o sitios web. Y eso que limito los códigos y tengo buena memoria para ellos.

Dentro de unas décadas cuando por la edad avanzada perdamos la memoria y todo se encuentre encerrado electrónicamente con contraseñas olvidadas, va a ser un lío para mucha gente.

domingo, 12 junio 2011

En la cabeza de un aprendiz

aprendizaje,memoria,idiomas,orientaciónAdelante, atrás, izquierda, derecha, babor, estribor, proa, popa, este, oriente, oeste, occidente, norte, sur, entrar, salir, adentro, afuera, interior, exterior, importar, exportar, emigrar, migrar, oír, escuchar, ver, mirar, seis, siete, ocho, nueve y muchas otras palabras que seguro me costaron trabajo aprender de niño y que me cuestan aprender en otros idiomas ahora de adulto.

Hay palabras fáciles de aprender ya sea porque las usamos mucho y desde muy pequeños o porque nos suenan bien o son muy diferentes de las demás o logramos identificarlas con algo que nos permite ubicarlas fácilmente. Ahora con el árabe me acuerdo de palabras en ruso cuando las busco en árabe y viceversa. Abrir una puerta con letreros de tirar o empujar en lengua extranjera es una adivinanza. Recuerdo las puertas del metro de San Petersburgo que si no fuera por la gente que entraba por una y salía por otra no hubiera dado con la buena con el solo letrero que tenían.

La orientación en relación con el sol fue algo complicado pues los mapas colgados de la pared tenían el norte arriba pero en realidad es un punto del horizonte, por eso me costaba trabajo imaginar el río Magdalena subiendo hacia el Caribe en las clases de geografía.

He sido malo para memorizar. Aprenderme las tablas de sumar y de multiplicar también me dio trabajo; no tenía lógica al comienzo, pero al final fue la lógica la que me salvó y no la memoria. Cuando me tocó de chico aprender de memoria poemas o papeles en piezas de teatro fue una pesadilla. Estos días por ejemplo buscaba la palabra norte en árabe y me venía la palabra tarde pues mi cerebro las debe de tener almacenadas en lugares muy próximos.

Conozco a extranjeros que confundían en español las palabras chancleta y cachete, piernas y puertas y churros y churrasco… Les sonaban igual o muy parecido. Hoy un colega habló de teléfonos cuando en realidad estaba pensando en elefantes; la fonética le puso zancadilla. Muy curiosa la mente humana.