sábado, 12 septiembre 2009
Silent Movie
A veces es mejor quedarse con el recuerdo de algo que volver a revivir o repetirlo para resultar decepcionado. Es como volver a ver el patio del recreo de la escuela primaria y darse uno cuenta ya adulto de que es más pequeño que antes y la infancia ya se fue o encontrarse con una vieja novia y comprender que ya no somos los mismos o querer sentir las mismas sensaciones al volver a leer un libro que nos gustó mucho hace tiempo y no le sacamos el mismo gusto ahora. Es un riesgo que hay tomamos a veces esperando con ansia o aprensión el resultado.
Me pasó con esta película de Mel Brooks que vi en Bogotá cuando salió en 1976. Un amigo me había insistido para que fuera con él a verla, sin mucho entusiasmo lo acompañé, poco a poco me fui metiendo en ella y terminé riéndome a carcajadas como raras veces en cine. Las ocurrencias eran muy divertidas y sorprendentes. Una nueva película muda en los años setenta era original.
Anoche la volví a ver en DVD y aunque me reí un poco, no fue como la primera vez. No me ha pasado lo mismo con películas de Charles Chaplin; quizás porque uno las ha visto muchas veces. La última locura de Mel Brooks (¿sería ese el título en español?) ahora me pareció mucho menos divertida. Claro que la escena con el mimo Marcel Marceau me sigue pareciendo la mejor; es el único personaje que habla en toda la película. De Mel Brooks recuerdo otras comedias graciosas que no sé si apreciaré una segunda vez si las vuelvo a ver.
La Dernière folie de Mel Brooks
Date de sortie : 01 Octobre 1976
Réalisé par Mel Brooks
Avec Mel Brooks, Marty Feldman, Dom DeLuise
Film américain. Genre : Comédie
Durée : 1h 27min. Année de production : 1976
Titre original : Silent Movie
Synopsis
Mel Funn, un cinéaste hollywoodien sorti d'une cure de désintoxication, tente de convaincre les responsables d'un studio de cinéma de produire le premier film muet réalisé depuis quarante ans.
http://www.allocine.fr/film/fichefilm_gen_cfilm=41145.html
11:17 Anotado en Películas | Permalink | Comentarios (2) | Tags: comedia, repetición, recuerdos
viernes, 11 septiembre 2009
Enfermedades infantiles
Parece que con lo de la gripe A(H1N1) tendremos que estar muy atentos para evitar el contagio durante el invierno en el hemisferio norte. Los medios de comunicación andan muy alarmistas y uno no sabe qué pensar. En la televisión un médico francés decía hace poco que hay enfermedades y epidemias que causan más muertes pero tienen menos recursos para luchar contra ellas o nadie las menciona. Se oyen rumores de todo tipo: que es una campaña para que las firmas farmacéuticas ganen más dinero, que es una manera de luchar contra la crisis económica, que es una reacción excesiva de la OMS que tiene remordimientos por no haber actuado rápido contra el SIDA y ahora quiere reivindicarse con este nuevo mal. En fin.
Recuerdo de niño cuando descubrían piojos en la escuela, cuando llegaban las paperas, la viruela, la varicela o una simple gripe y uno tras otro los niños nos íbamos contagiando. Mi mamá a veces prefería que nos dieran las enfermedades de una vez y nos ponía a jugar entre hermanos si a uno el daba una enfermedad infantil y el otro no la había sufrido todavía. Otras veces, no sé por qué, lo dejaban a uno aislado evitando que los demás niños se acercaran.
Cuando tocaba quedarse en su cuarto encerrado todo el día mientras los demás estaban en la escuela, era muy aburrido. Esas horas pasaban lentamente, hasta que por fin regresaban los hermanos del colegio y la casa se animaba un poco. Al volver a clase tocaba recuperar el tiempo perdido.
Siendo padres nos tocó desvelarnos muchas noches cuidando de nuestros pequeñines enfermos. Esa es la otra cara de la moneda.
En un viaje a Colombia hace como veinte años un sobrino en Bogotá le pasó la varicela a mi hija y a otros primos, mi hija se la pasó a sus primos y a unos tíos en otra ciudad y así al final hubo más de diez personas conocidas enfermas en ese mes. Menso mal a mí y a mi esposa ya nos había dado de niños y no nos pasó nada.
Las gripes fuertes es otra cosa. Desde hace varios años me estoy vacunando contra la gripe todos los inviernos. Al poco tiempo de llegar a Ginebra en uno de los primeros inviernos, un resfriado mal cuidado se me complicó en pulmonía y pasé un mes en casa tomando antibióticos fuertes hasta que me repuse.
Esperemos que la famosa epidemia sea menos fuerte y peligrosa de lo que la pintan.
jueves, 10 septiembre 2009
El mundo de Oniros
Oniros andaba de viaje con su familia en algún lugar de Francia, pero les llegó el momento de regresar a su casa. Tocaba llenar las maletas e ir a tomar el tren. Su esposa e hijas tenían todavía todas sus cosas dispersas en las habitaciones y no parecía que tuvieran prisa de preparar el equipaje. Temiendo que fueran a perder el tren si no se apuraban, llamó un taxi mientras sus mujeres terminaban de empacar. Salieron tan tarde que el tren los dejó y les tocó seguir el camino por carretera.
La ruta estaba muy congestionada con autos, caballos, carretas y hasta peatones y elefantes. Los paisajes franceses se fueron mezclando con paisajes colombianos y ya pronto se encontraron en España. Iban por una recta muy larga con muchos árboles en hileras que los protegían del calor. Llegaron a un pueblo extraño donde la carretera empezaba a subir como si fuera Gex y estuvieran camino del paso de La Faucille allá en lo alto en el Jura francés.
El taxi los dejó cerca de una plaza principal. En el kiosco central había música colombiana y unas marionetas que bailaban al ritmo de cumbias. Descubrieron que los titiriteros eran latinoamericanos. Estuvieron hablando con ellos un rato hasta que supieron que habría un evento literario donde iban a presentar libros y algunos escritores estarían hablando de sus obras y charlando con el público.
Se fueron al lugar anunciado donde había mucha más gente, desfiles de majorettes, puestos de ventas y discursos por altavoces. Por ráfagas, las sirenas de unos carros de bomberos o de la policía no dejaba oír bien lo que decían; la música, tampoco facilitaba la comprensión.
Oniros y su familia se acercaron a un puesto donde los podían maquillar para estar también de fiesta y participar activamente, ya que la gente andaba disfrazada como si fuera el carnaval. La familia se dividió entre la multitud.
Oniros entró solo a la casa u oficina de la editorial que organizaba las actividades literarias. Tenían muchos carteles y publicidades de los libros que estaban promoviendo. El editor estaba medio dormido en un sofá. Era un hombre mayor, casi calvo, de barba gris y más bien excéntrico. Le estuvo explicando de qué se trataba y le contó de un proyecto de publicación de historietas. Muchas personas entraban y salían del lugar. Oniros estuvo charlando con algunos escritores.
Al cabo de un rato volvió a la plaza para ver un concurso de descifrado de códigos entre jóvenes genios matemáticos que parecían más bien piratas informáticos. El animador anunciaba un número muy grande y los concursantes de dos en dos debían encontrar muy rápido pero mentalmente la clave secreta que se escondía dentro. La fórmula hacía intervenir el área del círculo o la longitud de la circunferencia más otras integrales y derivadas. El público observaba y aplaudía con admiración pues en menos de un minuto o máximo cinco, siempre lograban descodificar los datos.
En esas estaban cuando oyó la radio de su despertador que lo sacó de su mundo de ensueños. Luego se puso a pensar en lo curioso que es que las palabras ensueño e insomnio deriven de la misma palabra latina teniendo significados opuestos en español mientras que onírico viene del griego y significa casi lo mismo que el étimo latino de las otras dos. Mientras desayunaba Oniros se dijo que seguramente había tenido otra vez ese tipo de sueños raros por culpa de la llamada que recibió a medianoche y que lo despertó dejándolo sobresaltado.
15:20 Anotado en Cuentos | Permalink | Comentarios (2) | Tags: ficción, sueños