domingo, 27 septiembre 2009
Cerebro de aguapanela
"Der Mensch ist, was er ißt"
Feuerbach
El destino los había citado esa noche aunque ya sus caminos se habían cruzado varias veces. Álvaro está sentado con sus amigos comiendo en el restaurante Desayunadero Tony de la 17 con 51 después de una noche de fiesta un sábado en la madrugada. Lo bueno de ese lugar, además de la comida, es que está abierto noche y día sin parar. Jairo vaga por las calles de Bogotá buscando qué comer o en últimas, buscando robar algo para vender y poder comer.
Álvaro come un tamal santandereano muy copioso acompañado de cerveza y arepas de leña. Sus amigos consumen caldo con huevo, pepitoria, cabrito, carne oreada o mute. Jairo encuentra en las basuras del restaurante restos de un ponqué de cumpleaños que han tirado dentro de su caja con todo y velas y afortunadamente no está contaminado por las inmundicias que lo rodean.
La familia de Álvaro vivió en la parte alta de Chapinero en el límite del barrio residencial y los cerros donde ya empezaban a instalarse tugurios con sus casuchas de lata donde vivió en la misma época la familia de Jairo. En esos años las casas de los ricos no tenían ventanas con barrotes, ni muros con garitas, ni vigilantes armados; los niños podían jugar en la calle sin peligros. La madre de Jairo iba a lavar y planchar ropa a casa de Álvaro y su padre, a cortar el césped y efectuar reparaciones fáciles. El padre de Álvaro era abogado. Cuando nació Jairo, su madre y él casi se mueren; el padre de Jairo fue a pedir ayuda a casa de Álvaro y la familia los llevó de urgencia en su carro al hospital militar cercano donde los salvaron de milagro. El padre de Álvaro pago los gastos de la cesárea.
El lugar está muy animado a pesar de la hora nocturna. Chistes, anécdotas, risas, chismes condimentan el menú del grupo. Un guardián entra al local y pregunta por el dueño de la camioneta Suzuki blanca que está en la esquina. De una mesa de al lado un gordo que no ha parado de comer dice que es de él. Le anuncian que le han robado una rueda a su carro y que en su lugar encontrará una pila de ladrillos que sostiene el vehículo. El hombre sale apresurado a comprobar si es cierto. En la mesa de Álvaro hay risas y chistes sobre la astucia de los ladrones que nadie vio actuar.
Álvaro y Jairo nacieron el mismo año. La comida que sobraba en casa de Álvaro era para la familia de Jairo o para otros pobres que pasaban por las noches con sus ollas pidiendo de casa en casa. Álvaro desayunaba huevos con chocolate y pan todos los días, no le faltaban las onces, las mediasnueves, el almuerzo y la comida. Jairo casi siempre desayunaba con aguapanela y pan duro y comía una o dos veces al día arroz, caldos de hueso y gaseosas, a veces pan o arepas. Álvaro iba al colegio en bus. Jairo no podía ir a la escuela, pero por las tardes la mamá de Álvaro enseñó a leer y escribir a un grupito de niños pobres entre los cuáles estaba Jairo. En el parque más cercano jugaban fútbol niños ricos y pobres, con los balones de los niños ricos. La ropa usada de Álvaro también era para los pobres.
Álvaro deja de reírse y se levanta a verificar si su carro está en buen estado. Otros clientes preocupados siguen su ejemplo. El carro de Álvaro está más lejos que los demás, en un callejón un poco oscuro. Todo parece normal. Su carro es un viejo Renault 4 que no cambia por nada, más por razones sentimentales que por motivaciones prácticas y económicas. Está a unos diez metros del auto y ve que las ruedas de su lado están en el puesto. Quiere ir a ver del otro lado, pero percibe una sombra dentro del auto. Se apresura y encuentra la puerta de lado del pasajero delantero abierta y un hombre dentro forcejeando por extraer la rueda de emergencia. Es Jairo el que intenta robar la rueda. «¿Qué pasa? ¡Salga ya mismo de mi carro!», dice Álvaro.
Cuando la seguridad del barrio empezó a cambiar y los hijos fueron creciendo, poco a poco las familias se mudaron más al norte de la ciudad a urbanizaciones cerradas o a edificios altos con guardianes armados. Las casas familiares del barrio de Chapinero arriba de la carrera séptima se fueron llenando de comercios o reemplazadas por edificios de apartamentos y oficinas.
Álvaro se graduó de ingeniero en la universidad. Jairo se graduó de raponero en el centro de la ciudad y se especializó de carterista en los autobuses. Sus caminos se separaron por mucho tiempo.
Jairo se da cuenta de que lo han descubierto y sale rápidamente del carro. «¡Tranquilo, tranquilo!, hermano», dice Jairo con su cabeza que le da vueltas por los efectos de la gasolina que estuvo oliendo hasta hace unos minutos. Se encuentran a pocos metros de distancia. No se reconocen, no pueden reconocerse, han cambiado demasiado desde la última vez que se vieron.
Álvaro tiene rabia y deseos de coger a golpes al ladrón o gritar para pedir ayuda. De repente Jairo saca del bolsillo un cuchillo y amenaza a Álvaro. Hay un momento de tensión. Álvaro da dos pasos hacia atrás para alejarse del filo metálico que brilla en la oscuridad. Jairo aprovecha para salir corriendo con el estómago vacío y sin su botín en la noche oscura por una calle vecina. Álvaro se alegra de que no le haya pasado nada grave. Cierra la puerta que el ladrón ha forzado y regresa al restaurante para contar lo ocurrido, pagar su cuenta e irse a casa.
Quizás se vuelvan a cruzar otro día u otra noche. Quizás no.
10:00 Anotado en Juego de escritura | Permalink | Comentarios (3) | Tags: ficción, el hombre es lo que come
sábado, 26 septiembre 2009
Los hombres que no amaban a las mujeres
Terminé la lectura del primer tomo de la trilogía Millenium de Stieg Larsson. Me ha gustado pero no creo que vaya a leer los otros dos. Me llamó la curiosidad el éxito mundial póstumo de este escritor sueco que nació en el mismo año que yo y murió en el 2004 poco antes de que saliera de imprenta el primer libro de su trilogía. El personaje principal Mikael Blomkvist es como el doble de Larsson ya que es un periodista como él que dirige una revista independiente de periodismo de investigación. Se nota que conoce ese mundo lo cual le da veracidad al relato. El segundo personaje, Lisbeth Salander, es una joven de veinticinco años súper inteligente, hacker pero inadaptada al mundo en que vive. El tema de la violencia contra las mujeres, de los complots y negocios ocultos, con una trama detectivesca y un poquitín de sexo son los ingredientes que probablemente han contribuido a su popularidad, como también su muerte prematura.
Me pareció bien escrito o mejor bien traducido pues fue en la versión francesa (de Lena Grumbach y Marc de Gouvernain) la que escogí o mejor dicho bien leído pues lo compré en DVD. Durante todos mis trayectos en carro estando solo lo fui escuchando en la voz del comediante Emmanuel Dekoninck que le da mucha vida. Ha vendido millones de libros, traducidos a varios idiomas y el primer tomo fue llevado al cine. Aquí está el corto http://www.allocine.fr/video/player_gen_cmedia=18882270&c...
Millénium, tome 1 : Les hommes qui n'aimaient pas les femmes (MP3)
Stieg Larsson
Livre audio 2 CD MP3 : 20 h 15
Réf : 546678
Résumé
Ancien rédacteur de Millénium, revue d'investigations sociales et économiques, Mikael Blomkvist est contacté par un gros industriel pour relancer une enquête abandonnée depuis quarante ans.
Dans le huis clos d'une île, la petite nièce d’Henrik Vanger a disparu, probablement assassinée, et quelqu'un se fait un malin plaisir de le lui rappeler à chacun de ses anniversaires. Secondé par Lisbeth Salander, jeune femme rebelle et perturbée, mais fouineuse hors pair, Mikael Blomkvist se plonge sans espoir dans les documents cent fois examinés, jusqu'au jour où une intuition lui fait reprendre un dossier.
Régulièrement bousculés par de nouvelles informations, suivant les méandres des haines familiales et des scandales financiers, lancés bientôt dans le monde des tueurs psychopathes, le journaliste tenace et l'écorchée vive vont découvrir ce qu'il faudrait peut-être taire...
L’auteur
Stieg Larsson est né en 1954. Journaliste auquel on doit des essais sur l’économie et des reportages de guerre en Afrique, il était le rédacteur en chef d’Expo, revue suédoise observatoire des manifestations ordinaires du fascisme (www.searchlightmagazine.com et www.expo.se).
Il est décédé brutalement, en 2004, d’une crise cardiaque, juste après avoir remis à son éditeur les trois tomes volumineux de la trilogie Millénium.
http://www.franceloisirs.com/Product26/LIVRES/546678/Mill...
22:17 Anotado en Libros | Permalink | Comentarios (3) | Tags: novela negra, éxito de ventas, ficción
viernes, 25 septiembre 2009
Necrofagia
Hoy estoy medio macabro. Fue a raíz de una conversación que tuve sobre los gusanos que comen cadáveres. Mi interlocutor decía que esos gusanos están en el interior del cuerpo humano y que cuando uno se muere, salen a comérselo a uno. Decía que eso pasa con cualquier carne que se pudre al aire libre. Me pareció extraño eso de que uno viva con gusanos en el interior que solo esperan nuestra muerte para atacarnos. Está claro que el sistema inmunitario ataca a los microbios que intentan invadirnos y que es por eso que los enfermos del SIDA corren tantos riesgos de morir por cualquier infección ya que sus organismos no tienen defensa o está muy debilitada.
Como soy muy curioso y no me contento con que me digan que la causa de la descomposición son las bacterias o que es una cuestión bioquímica, me puse a buscar más información al respecto. Afortunadamente existe Google que responde a tantas preguntas en pocos segundos.
En esta página lo explican con mucho detalle:
http://www.guichetdusavoir.org/ipb/index.php?showtopic=30...
Resulta que la descomposición comienza, como me lo esperaba, por los intestinos, donde las bacterias que nos permiten asimilar los alimentos sí proliferan. (Por eso lo primero que hacen los momificadores y disecadores es sacarle las tripas al muerto.) Como el cuerpo ya no puede defenderse, los ataques se extienden por todo el interior. Después viene la emanación de olores por la carne en descomposición que sirve de señal para que otros animales que viven fuera del cadáver sean atraídos y pongan huevos en el cuerpo. ¡Son esos huevos los que se convierten en gusanos! Lo curioso es que según el grado de descomposición, los olores cambian y otro tipo de animal viene a continuar el trabajo que dejaron sin terminar los anteriores, hasta que al cabo de dos o tres años no queda más que los huesos.
Los animales responsables de todo esto, después de las bacterias que ya tenemos dentro estando vivos, se llaman (traducidos burdamente del francés):
Hongos saprófitos, bacterias de mineralización, dípteros (moscas verdes, a cuadros, azules...), sarcofagianos, derméstidos (pequeños escarabajos) y algunos lepidópteros, escuadrones de corietianos y silfianos.
Estos datos deben de ser muy útiles en medicina legal cuando se quiere datar la muerte de una persona a partir del estado del cadáver. ¡Qué horror y qué asco!, pero es la realidad.
16:25 Anotado en Naturaleza | Permalink | Comentarios (3) | Tags: biología, bioquímica, descomposición