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domingo, 04 marzo 2012

Una revista, una novela, dos conciertos, un examen

tiempo libre,idiomas,músicaHace unas semanas terminé lectura de un número especial de la revista Geo Histoire de mayo-junio del 2011 sobre el islam que me había regalado un amigo. Tiene unos artículos muy completos sobre el mundo islámico desde sus orígenes hasta nuestros días con muy buenas ilustraciones y fotografías para todos los temas. Muestra las diferentes etapas de su desarrollo desde las luchas de Mahoma en la Meca, su huida a Medina, su regreso triunfal, la expansión y su extensión actual.

Parece que el estado del mundo en esa época era propicio para la difusión de esas ideas y de esa religión. Un siglo antes las cosas hubieran sido diferentes pues las fuerzas políticas que dominaban la región lo hubieran impedido prosperar. Con el tiempo se fueron creando corrientes y divisiones como le sucedió al cristianismo. Por otro lado como todos los imperios tuvo su apogeo y su decadencia. Sin embargo en occidente a pesar de haber copiado tantas cosas de su ciencia poco se recuerda de esos personajes que revolucionaron el mundo a su manera.

Me parece increíble. Debe de haber pasado lo mismo con chinos o mayas o africanos. Hoy recordamos a Newton, Galileo o Sócrates, pero ya olvidamos muchos de otros mundos. Es como pensar en la historia escondida en la escritura maya o en los jeroglíficos durante los siglos en que se perdió el conocimiento que permite leerlos hoy a los especialistas.

Poco después terminé la lectura o mejor dicho la escucha de la novela L’écume des jours de Boris Vian escrita con apenas 26 años en la voz del cantautor Arthur H. La había empezado a oír en el carro camino del mar el verano pasado, pero cuando regresamos no la pude terminar pues no funcionaba bien el lector de MP3, que es otro misterio por resolver ya que algunos CD funcionan pero otros no. Lo cierto es que me gustó el libro. Ha envejecido bien. Me pareció muy fresco y actual en algunas partes e ideas, en otras se le notan los años. Mi hija me había hablado de él hace tiempo y solo ahora pude entender algunos temas como el nenúfar en el cuerpo de la protagonista que termina matándola.

También estuve recientemente en dos conciertos muy diferentes. El primero de música turca y griega con mucha percusión y melodías orientales, por los grupos Orhan Kilis y de Paka Paka Corporation. Uno de los percusionistas de ambos grupos es un joven muy amigo de mi hijo. Conocemos a sus padres que con otras familias se ocuparon esa noche de vender comida libanesa en el bar de la Alhambra. Es una música que me hace viajar y sentir en algún puerto oriental del Mediterráneo.

El segundo concierto fue anoche en el auditorio Calvin de Ginebra con el coro Alter-Écho que cantó música sacra de Antonio Lotti con una misa de réquiem. Muy bonita esa composición de otro tiempo pero que no me gustaría cantar a menos que pudiera abstraerme del tema religioso y que pudiera leer una partitura complicada como la de ese tipo de piezas. Conozco al director Julián Villarraga que dirige Matices (donde canto) y a algunos de los cantantes de muy buen nivel, la mayoría aficionados, algunos también coristas de Matices.

Por último un examen oral de árabe el jueves pasado que me dejó sorprendido pues creo que no me fue tan mal teniendo en cuenta el poco tiempo que pude dedicarle a revisar el tema. Estuve leyendo y hablando en árabe (rudimentario) con la profe durante un cuarto de hora. Una hazaña.

La conclusión es la de siempre: el tiempo pasa demasiado rápido para todo lo que me gustaría hacer, en particular, escribir, pues se me han venido ideas de cuentos o novelas, pero no he podido plasmarlas y me parece que se van desvaneciendo sin remedio de mi memoria. Esa es la vida.

sábado, 11 febrero 2012

¿Caballo loco?

GVA_CrazyHorseParis_P.jpgEl espectáculo de Crazy Horse juega mucho con las luces que visten a las bailarinas casi desnudas mientras estas  simulan cantar canciones grabadas que las acompañan. Se veían altas pero creo que el escenario las ayudaba con las cortinas cerradas de tal manera que solo dejaban ver una parte muy pequeña en el medio. Además de las luces de colores sobre los cuerpos, se proyectaban entre cada número cortos de cine o de animación. Las canciones y los textos fueron casi siempre en inglés.

Tuve pocas sorpresas en este espectáculo de cabaré pues a lo largo de los años he visto muchas de sus secuencias en la televisión, excepto uno de claquetas y tamborileo con las manos sobre una mesa entre un hombre y una mujer (vaya fue el único hombre en el escenario) que me gustó por su ritmo y humor.

Me dejé vencer por la curiosidad me llevó a comprar boletas a última hora para asistir por fin en persona. El teatro se llenó rápidamente. Había muchas butacas condenadas con un telón negro encima que impedían su uso. Supongo que los organizadores habrán querido para pagar menos por el alquiler teniendo en cuenta que no pondrían en venta la totalidad del teatro.

Nos tocaron las pocas butacas que quedaban juntas, si no, hubiera tocado sentarse lejos uno del otro. En realidad había puestos libres bien situados cerca de la escena pero a un precio que no queríamos pagar (¡250 francos!) siendo que las nuestras constaron cinco veces menos. No sé cuánto costará verlo en París. Si ganara la lotería, quizás iría otra vez a la Ciudad Luz a ver este u otro de más cerca.

Lo bueno de estar lejos del escenario fue que no nos quedaron tan cerca los altavoces que nos hubieran dejado sordos en algunas partes por su música aguda demasiado fuerte. Recuerdo una vez en Cuba en el cabaré del hotel Nacional (creo) que nos tocó tan cerca del escenario que hasta nos caía polvo levantado por las bailarinas cuando se acercaban a nuestra mesa desde lo alto.

Una canción que se repitió como tres veces acompañando a una bailarina casi desnuda que lanzaba besos nos quedó sonando en la cabeza. De camino al estacionamiento la oímos tararear por otros espectadores y esta mañana me sonaba todavía con su sonsonete dubidubidú, dubidubidú...

También me dejó pensando en lo efímero de la belleza y la relatividad de las costumbres. Estas bailarinas que se ven tan jóvenes, bellas, proporcionadas y profesionales en su arte, ¿qué harán de sus vidas dentro de unos años? Si viviéramos en un mundo de nudistas, ¿los espectáculos de cabaré serían de gente muy vestida?

Forever Crazy
Un spectacle du Crazy Horse
Cabaret/Revue
du 08/02/2012 au 19/02/2012

Live Music Production présente ce spectacle. Portes: 1h avant le show

Après avoir joué à guichets fermés durant 15 soirs au Théâtre du Léman, ELLES REVIENNENT EN 2012.

Le Crazy Horse Paris, cabaret et créateur de spectacles de renommée mondiale, présentera son spectacle Forever Crazy, pour un nombre limité de représentations du 8 au 19 février 2012.

Inspiré du thème éternel de la féminité, Forever Crazy consiste en une série de tableaux esthétiques et visuels présentés par une troupe multiculturelle de dix magnifiques danseuses.

Forever Crazy a été conçu comme un hommage à Alain Bernardin, fondateur du Crazy Horse. A mi-chemin entre l'art et le divertissement, ce spectacle se présente comme un kaléidoscope unique de beauté, de grâce, de passion et de précision... pour une soirée inoubliable !

http://www.theatreduleman.com

16:18 Anotado en Espectáculos | Permalink | Comentarios (4) | Tags: cabaré, baile, erotismo

lunes, 12 diciembre 2011

La fiesta de las luces

NV-IMP788.JPGPor fin pude ir a la fiesta de las luces en Lyon este año. Hacía tiempo que veía en televisión los reportajes sobre las famosas iluminaciones de diciembre pero ya era demasiado tarde para conseguir un hotel cercano del centro. Este año aunque reservé en noviembre ya me tocó un alojamiento fuera de la ciudad.

Fuimos el viernes por la noche y regresamos el domingo a mediodía. El sábado estuvimos andando por el centro de la ciudad desde las doce hasta las once de la noche, para llegar al hotel, muertos de cansancio.

Hacía tiempo que no me encontraba en un lugar con tanta gente en las calles. En algunos lugares no se podía pasar. En otros tocaba forzar el paso o dejarse llevar por la masa de gente. A las seis de la tarde participamos en una visita guiada de dos horas recorriendo los espectáculos más importantes y accesibles. El guía era una señora austríaca que lleva más de cuarenta años viviendo en Francia. El grupo era de dieciocho personas que seguíamos el paraguas naranja de nuestra guía para no perdernos.

En la plaza Bellecour estaba la estatua ecuestre del rey LuisXIV con unos globos que parecía que se lo iban a llevar volando. En el río Saona habían iluminado varias iglesias con luces que cambiaban de colores y que con rayos láser comunicaban unos monumentos con otros. En la plaza de los Célestins estaba el que más me gustó: un juego flipper gigante que iluminaba el edificio mientras una persona jugaba desde un pupitre en medio de la plaza. El de la plaza de los Terreaux también estuvo muy bien hecho pues sobre los edificios se veían unos caballos que se escapaban de la fuente que queda en el centro de la plaza y la Garona los persigue. A veces daba la impresión de que el edificio se caía por pedazos. Había tanta gente que tocaba entrar por un extremo de la plaza y salir por el otro siguiendo unas flechas de luz que indicaban el camino. Desde lejos vimos un elefante gigante que se movía en medio de la multitud. Era imposible acercarse de tanto gentío.

Todo estuvo grandioso e impresionante. Almorzamos en uno de esos restaurantes típicos de Lyon que llaman bouchon y paseamos por los pasajes que atraviesan las casas por el interior que llaman traboules.

Hace un año estuve en Medellín, Colombia, viendo las iluminaciones que son muy bonitas pero nada dinámicas como las de Lyon. Vale la pena ir a ver estos espectáculos aunque sea una sola vez en la vida.

http://www.fetedeslumieres.lyon.fr/