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martes, 26 julio 2011

Reconocimiento de terreno

NV-IMP762.JPGMi editor madrileño nos propuso a sus escritores un proyecto para el otoño: un libro de relatos sobre el tema de París. Estuve buscando entre mis escritos si tenía algo terminado, pero solo encontré tres relatos cortos que aunque tenían que ver, no me parecieron cinto por ciento adecuados.

No me quedaba más remedio que probar a escribir algo completamente nuevo. Sin embargo a raíz de la carta que escribí en mi clase de árabe se me ocurrió enlazar los tres relatos y esa carta para un cuento más largo. Anoche le puse el punto final. Falta ver si les gusta y lo aceptan para el proyecto de la editorial.

De todas formas, aproveché el fin de semana pasado en París para ir a dos museos en busca de datos concretos en relación con la trama. Estuve en el museo de la edad media o Musée de Cluny y en el museo histórico de París o Musée Carnavalet. Nunca los había visitado. El relato fue una buena motivación para recorrerlos.

No son muy grandes y tienen muchas cosas interesantes. Son diferentes y complementarios. En el de Cluny tenían una exposición temporal sobre el tema de la espada. En el Carnavalet había muchas salas cerradas y el recorrido no me pareció muy bien indicado ni muy lógico. Al final terminé cansado de tanto caminar pero con nuevas ideas en la cabeza. A ver qué resulta.

martes, 12 julio 2011

Yo también escuchaba el parte de RNE

RNE.jpgTerminé de leer esta antología en la que participé con un relato. Todos tienen en común la radio, a veces como una excusa a veces como personaje principal. Los temas son variados, con sus altos y bajos. Es cierto que es difícil imaginarse el mundo sin internet y con una televisión menos desarrollada, ese tiempo en el que la conexión con el mundo era principalmente la radio compitiendo con los periódicos. Sigo sin embargo escuchando radio sobre todo en el camino entre mi casa y el trabajo o durante el desayuno. El tiempo que paso delante del televisor ha disminuido y ha sido reemplazado por el PC ya sea en local o conectado a la red local o mundial. La radio me parece mucho más mágica que la televisión, pues está menos deformada que la imagen. Aunque cuando un programa o una película son suficientemente interesantes para atraparnos, el medio no importa y uno se mete dentro de la imagen como si fuera real, como cuando se lee un buen libro.

Yo también escuchaba el parte de RNE
Antología
(Narrativa, 72)

Yo también escuchaba el parte de RNE es un libro de relatos que hace un homenaje a la radio que nos formó, nos acompañó y nos acompaña. Aquellas radios de válvulas de los años 60, con su mueble de baquelita, con sus grandes mandos redondos para buscar las frecuencias, AM, FM, SW y VHF –conceptos que por entonces nos parecían sacados de libros mágicos– y con nombres escritos en el frontal que inducían a soñar, como Radio Moscú, BBC, RNE, Radio Suiza Internacional, Deutsche Welle, Radio Habana Cuba, Voice of America o Radio France International, fueron nuestros acompañantes de infancia, de adolescencia, y para los más veteranos, de una madurez que se vivió en plena guerra fría. Era una radio de voces potentes, con teatro, radionovelas e informativos que se escuchaban más que para saber qué se decía para interpretar qué estaba sucediendo en realidad. Para aquella radio trabajaron escritores que crearon historias de ficción que llenaron el tiempo gris de nuestras madres y abuelas, periodistas que gritaron el gol del equipo de la ciudad en domingos de traje y transistor, locutores que presentaban canciones, casi siempre en español, e incluso piadosas locutoras que daban consejos a nuestras madres y abuelas sobre cómo ser una perfecta mujer y ama de casa. Así pues, lo mismo que sucede en la actualidad, pero con otras voces y otros conceptos.

En este libro se reúnen historias de guerra y postguerra, las voces que nos enamoraron, la onda corta como casi única relación de exiliados y emigrantes con la patria. Hay también historias delirantes que toman la radio como excusa o punto de partida de vidas y muertes nada comunes.

Los escritores Nelson Verástegui, José Enrique Canabal, Isaac Belmar, Andrés Fornells, José Luis Gª Rodríguez, Manuel A. Vidal, Alvaro Díaz Escobedo, Miguel Ángel de Rus, Manuel Villa-Mabela, Johari Gautier Carmona, Francisco Legaz y Pedro Amorós se han unido para hacer con sus relatos un homenaje a la radio que nos crió (incluso al famoso parte) y a las vidas sobrelas que ha influido en estas décadas. Son textos en los que se encuentra humor, nostalgia, acidez, ironía y todos aquellos sentimientos que afloran cuando se recuerda el pasado, que como todo el mundo sabe, fue mejor, o tal vez no.

15 euros -176 páginas
ISBN: 978-84-96959-64-4
http://www.edicionesirreverentes.com/narrativa/RNE.htm

martes, 21 junio 2011

El hombre que se ríe de todo

humor.jpgTengo el gusto de presentar un nuevo libro en el que participo. Es una antología de relatos de humor. Cuando el editor nos propuso el tema recordé un cuento que escribí hace tiempo sobre los excesos que el purismo lingüístico nos podría hacer sufrir en manos de políticos poderosos. Parece que al editor también le gustó pues ahora está en papel con otros cuantos relatos. Espero que lo compren, lo lean y se rían también; es bueno para la salud física y mental.

EL HOMBRE QUE SE RÍE DE TODO
(es que todo lo desprecia)
Antología
(Narrativa, 90)

El hombre que se ríe de todo, es tener claro que la cumbre del humor fue pisada por primera vez por genios como Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura, antes de que Wodehouse, Musselman y Achille Campanille se convirtieran en la versión descremada de estos clásicos de la literatura. El humor de Jardiel Poncela y de Miguel Mihura va más allá del chascarrillo, del pasatiempo, araña la condición humana, profundiza, hasta convertirse en la cicatriz de nuestros males.

Jardiel Poncela y Miguel Mihura son los estandartes de este libro de Ediciones Irreverentes lleno de clásicos de la literatura de humor y la ironía como Karel Capek, Jules Renard, Oscar Wilde, Huysmans, El Vizconde de Saint-Luc, Antón Chejov, Saki y Bierce; el humor hispanoamericano está representado por el colombiano Nelson Verástegui, el nicaragüense Arquímedes González y el venezolano Norberto José Olivar; y la mejor literatura de humor española aporta nombres como Alonso de Santos, Miguel Ángel de Rus, Eduardo Mendicutti, Alberto Castellón, Ignacio del Moral, Cristina Fallarás, José M. Fdez Argüelles, Gonzalo López Cerrolaza, Francisco José Peña, Andrés Fornells, Joseba Iturrate, Elena Marqués, Salvador Robles, Joaquín Lera, Javi J. Palo, Andrés Sopeña, Sara Gª-Perate, Francisco Legaz, Julio Fernández, Félix Díaz González, José Mª Fernández Álvarez, Álvaro Díaz Escobedo, Rosario Martínez e Izara Batres.

¿Los temas? Los de siempre: amor y desamor, un muerto por error que se queja a Dios, un cura descreído que está predestinado a salvar a la humanidad, una tienda en la que alguien (parece una anécdota apócrifa) compró un libro; un ciudadano español que presenta formalmente sus credenciales como futuro rey de España; dictadores que han perdido el equilibrio psicológico. El hombre que se ríe de todo, es el mejor libro de humor desde hace medio siglo, incluyendo los tratados sobre el Fin de la Historia y los comunicados de la OTAN. Más saludable y efectivo que los antidepresivos y los ansiolíticos.

264 páginas • 15€
ISBN: 978-84-96959-97-2
http://www.edicionesirreverentes.com/narrativa/Humor.html