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domingo, 19 agosto 2012

Cómo estuvo el lanzamiento en Bogotá

NV-IMP815.JPGDesde el avión rumbo a París tengo por fin tiempo de empezar a describir la velada del jueves 16 en la librería Lerner de Bogotá. En esta oportunidad, después de Ginebra y Ferney-Voltaire, el presentador fue Fernando Fernández, un viejo amigo que es escritor y crítico literario. Con su conocida simpatía y buen humor supo llevar el hilo del evento leyendo o haciendo leer algunos relatos cortos o extractos de mis escritos, resumiendo mi recorrido por este mundo o cuestionándome sobre temas diversos tales como:

Para qué se escribe, cómo hacer para que la gente lea más, de dónde sale la inspiración, cómo sacar tiempo para escribir, escribir en la jubilación, el libro electrónico y el supuesto aumento de lectores, las implicaciones de los hiperenlaces en la distracción y perseverancia del joven lector y varios más.

Fernando no se contentó solamente en pedirme mi punto de vista sino que dio varias veces el suyo e incitó al público a participar en un animado debate. Nos aconsejó por ejemplo la lectura de La elegancia del erizo (en francés L'Élégance du hérisson) de Muriel Barbery o La civilización del espectáculo de Mario Vargas Llosa.

También tocamos otros asuntos inhabituales en este tipo de velada:

La traducción automática y las ayudas informáticas para la traducción, la vida de Voltaire, el desarraigo del emigrante, el gran colisionador de hadrones del CERN, el bosón de Higgs, el cine en general y el de suspenso en particular, la astronomía, el scrabble, la literatura francesa y el decaimiento de la influencia de la cultura gala a nivel mundial, Michel Houellebecq, Maigret de Georges Simenon, San-Antonio de Frédéric Dard, La disparition de Georges Perec.

Cálculo que fuimos unas veinte personas en total, lo cual, dadas las ocupaciones de unos y otros, el sinnúmero de eventos que hay en la capital, la congestión de Bogotá a esas horas, mi cuasi anonimato y la poca publicidad que se pudo dar a la velada, no me parece nada mal. Empleados de la librería me comentaron que cuando llegan a treinta participantes es ya todo un éxito.

Me gustó encontrar caras conocidas en el público y poder abrazar viejos amigos que hacía años no veía en persona. Dialogar con nuevos lectores también resultó enriquecedor. El ejercicio de la dedicatoria es siempre un reto.

Hoy ya en casa (al menos de cuerpo, pues la cabeza parece que no ha aterrizado) termino de escribir estas líneas con la intención de desarrollar en los días venideros y en notas separadas muchos de los temas que sobrevolamos ese día y que merecen la pena de profundizar o volver a analizar.

Ese día hablamos tanto en tan poco tiempo que no pude comentar mi admiración por escritores como Cortázar, Borges, Orwell, Huxley, Pushkin o movimientos literarios como el Ouvroir de Littérature Potentielle (OuLiPo) de Queneau, Perec y compañía.

¡La memoria y el funcionamiento cerebral no dejan de sorprenderme! Mencioné, sin poder recordar el nombre ni el autor, el libro La importancia de vivir de Lin Yuang que me regaló mi madre y que yo salvaría de un incendio junto con el ejemplar de don Quijote que heredé de mi padre. Unos amigos me acordaron relatos que escribí por entregas en el blog o por correo electrónico y había olvidado (tendré que buscarlos y releerlo para corregirlos o completarlos). ¡Hasta confundí Odeón con Panteón!

En fin, que personas versadas en literatura, como Fernando y las dos profesoras que animaron mis anteriores lanzamientos, hayan aceptado esa tarea y le hayan consagrado tiempo de preparación prodigándome sus críticas siempre interesantes, es una suerte. Por eso les renuevo mis agradecimientos.

Fernando ha escrito su crítica semanal sobre esta velada que invito a leer aquí: http://www.kienyke.com/kien-escribe/un-cientifico-con-vena-literaria/

En Radio Exterior de España pronto saldrá una entrevista aquí: http://www.rtve.es/alacarta/audios/sexto-continente

Da la casualidad de que un editorial del diario El Tiempo habla de lo poco que se lee hoy en día: http://www.eltiempo.com/opinion/editoriales/ni-leen-ni-escriben-editorial-el-tiempo_12135934-4

Me queda otra tarea pendiente: escribir en este blog mis impresiones de viaje tras estas agradables vacaciones que acabo de pasar en mi país.

 

domingo, 24 junio 2012

Nueva York, Antología de relatos

antologia-nueva-york.jpgAquí tienen otro libro de relatos para la lista de compras. En este caso se trata de Nueva York. Cuando el editor propuso enviar textos para esta publicación, no se me ocurrió nada en especial, pero volviendo a revisar mis archivos, me topé con uno que se desarrolla en esa ciudad monstruosa que es la Gran Manzana. Por suerte ya lo tenía escrito y cuadraba bien con el tema. No tuve que cambiarle nada. Lo envié y ahora forma parte de los seleccionados.

He estado dos veces en Nueva York, la que, como a millones de personas, ya creía conocer a través de fotos, cine, televisión y libros. En realidad no conozco casi nada fuera de los sitios turísticos.

Tuve un tío que de regreso de una especialización en oftalmología en París pasó por Nueva York, le ofrecieron un puesto y se quedó. Eso fue por los años cincuenta. Él murió en esa ciudad sin regresar a su país de origen aparte de por vacaciones. En mi primer viaje, camino de una conferencia en San Francisco, estuve visitándolo. Esa vez me quedé un par de días solamente que me dejaron impresionado pues estar allí de verdad es muy impactante.

Años después de regreso de un viaje a Colombia estuve con mi esposa e hijos durante varios días. Al llegar al aeropuerto me imaginé que nos iban a esculcar de pies a cabeza. En la aduana nos hicieron pulsar un botón que por suerte encendió una luz verde abriéndonos el paso sin que nos hicieran mostrar ni una sola maleta.

De nuevo la impresión de ciudad en ebullición me golpeó de frente. Verla desde lo alto del Empire States o desde la Estatua de la Libertad me hizo sentir chiquitico. En los almacenes dejaba que mi esposa preguntara para que practicara inglés, pero como los empleados eran latinoamericanos o hablaban español, no tuvo problemas de comunicación y no practicó nada.

Sin embargo, al contrario de mi hijo, que tenía como ocho años de edad, a mí no me dieron ganas de vivir ni de trabajar en NY. Debe de ser muy estresante, a menos que sea uno millonario y pueda dedicar todo el tiempo a divertirse. Da la impresión de ser una jungla moderna. Prefiero París, Madrid, Londres o Roma. Todavía estaban de pie las Torres Gemelas, que no visitamos por falta de tiempo. Desde el atentado que las derrumbó, con todas las trabas que han puesto para viajar a Estados Unidos, no me dan ganas de volver. Quizás vuelva a visitarla, ya que, como dice el dicho: no hay que decir de esta agua no beberé.

Nueva York
Antología de relatos
M.A.R. Editor, 2012
ISBN: 978-84-939322-5-1
416 Páginas, rústica, 21x15 cm, 18 €

Scott Fitzgerald, Chester Himes, O. Henry, Ambrose Bierce, Poe y Henry James nos cuentan con maestría cómo era el Nueva York que conocieron, desde la época del gran auge económico hasta la dureza de la vida en los barrios marginales. Junto a ellos, los más destacados autores de España e Hispanoamérica nos presentan sus vivencias en la ciudad más turística del mundo; de su mano paseamos por los decorados de Woody Allen, corremos el Maratón de Nueva York, revivimos la caída de las Torres Gemelas, o contemplamos esa fachada que habíamos visto tantas veces, pero que ahora podemos tocar.

Brillante selección de relatos de los mejores autores anglosajones desde final del S.XIX hasta hoy, hispanos y españoles que sienten fascinación o aversión por la Gran Manzana y nos hacen vivir con maestría sus sentimientos. Una selección que mantiene el equilibro entre autores clásicos, clásicos vivos y autores que se abren camino y que aportan su visión de una ciudad que se ama o se odia, por cuyas calles muchos lectores quisieran perderse. NY es una de las ciudades más literarias del mundo, en cada café antiguo hay muchas historias, en Wall Street se teje la suerte o la desgracia de todo el planeta. En los relatos de Nueva York, conviven taxis amarillos, teatros de Broadway, está vivo el espíritu de autores que amaron Nueva York, como Washington Irving, Paul Auster, John Updike o Dos Passos y se renuevan aquellas excitaciones literarias.

Un libro imprescindible para quienes buscan ese restaurante mexicano en el que transcurre una historia pasional o un bar and books donde tomar una copa imaginaria con esa persona que nos gustaría que nos acompañara a la Gran Manzana. Desde el relato negro al romántico, todo cabe en Nueva York.

Escritores desde el S.XIX hasta la actualidad: Francis Scott Fitzgerald, Chester Himes, O. Henry, Edgar Allan Poe, Ambrose Bierce y Henry James, Lourdes Ortiz, María Zaragoza, Andrés Trapiello, José Luis Alonso de Santos y Joaquín Leguina, y los autores más destacados y brillantes de la nueva narrativa tanto de España como de Hispanoamérica: José Luis Ordóñez, Juan Vivancos Antón, Jesús Yébenes, Nelson Verástegui, José Luis García Rodríguez, Andrés Fornells, Juan Serrano, José G. Cordonié, Carlos Augusto Casas, José Manuel Fernández Argüelles, Cristina Ruberte-París, José Vázquez Romero, Elena Marqués, Juan Martini, Manuel Gómez Gemas, Fabricio de Potestad, Jorge Majfud, Joseba Iturrate, El Vizconde de Saint-Luc, Álvaro Díaz Escobedo, Isaac Belmar, Tomás Pérez Sánchez, Mar Cueto, Francisco Legaz, Pedro Amorós, Anunciada Fernández de Córdova y Miguel Ángel de Rus.

http://www.mareditor.com/narrativa/NuevaYork.html

domingo, 04 marzo 2012

Una revista, una novela, dos conciertos, un examen

tiempo libre,idiomas,músicaHace unas semanas terminé lectura de un número especial de la revista Geo Histoire de mayo-junio del 2011 sobre el islam que me había regalado un amigo. Tiene unos artículos muy completos sobre el mundo islámico desde sus orígenes hasta nuestros días con muy buenas ilustraciones y fotografías para todos los temas. Muestra las diferentes etapas de su desarrollo desde las luchas de Mahoma en la Meca, su huida a Medina, su regreso triunfal, la expansión y su extensión actual.

Parece que el estado del mundo en esa época era propicio para la difusión de esas ideas y de esa religión. Un siglo antes las cosas hubieran sido diferentes pues las fuerzas políticas que dominaban la región lo hubieran impedido prosperar. Con el tiempo se fueron creando corrientes y divisiones como le sucedió al cristianismo. Por otro lado como todos los imperios tuvo su apogeo y su decadencia. Sin embargo en occidente a pesar de haber copiado tantas cosas de su ciencia poco se recuerda de esos personajes que revolucionaron el mundo a su manera.

Me parece increíble. Debe de haber pasado lo mismo con chinos o mayas o africanos. Hoy recordamos a Newton, Galileo o Sócrates, pero ya olvidamos muchos de otros mundos. Es como pensar en la historia escondida en la escritura maya o en los jeroglíficos durante los siglos en que se perdió el conocimiento que permite leerlos hoy a los especialistas.

Poco después terminé la lectura o mejor dicho la escucha de la novela L’écume des jours de Boris Vian escrita con apenas 26 años en la voz del cantautor Arthur H. La había empezado a oír en el carro camino del mar el verano pasado, pero cuando regresamos no la pude terminar pues no funcionaba bien el lector de MP3, que es otro misterio por resolver ya que algunos CD funcionan pero otros no. Lo cierto es que me gustó el libro. Ha envejecido bien. Me pareció muy fresco y actual en algunas partes e ideas, en otras se le notan los años. Mi hija me había hablado de él hace tiempo y solo ahora pude entender algunos temas como el nenúfar en el cuerpo de la protagonista que termina matándola.

También estuve recientemente en dos conciertos muy diferentes. El primero de música turca y griega con mucha percusión y melodías orientales, por los grupos Orhan Kilis y de Paka Paka Corporation. Uno de los percusionistas de ambos grupos es un joven muy amigo de mi hijo. Conocemos a sus padres que con otras familias se ocuparon esa noche de vender comida libanesa en el bar de la Alhambra. Es una música que me hace viajar y sentir en algún puerto oriental del Mediterráneo.

El segundo concierto fue anoche en el auditorio Calvin de Ginebra con el coro Alter-Écho que cantó música sacra de Antonio Lotti con una misa de réquiem. Muy bonita esa composición de otro tiempo pero que no me gustaría cantar a menos que pudiera abstraerme del tema religioso y que pudiera leer una partitura complicada como la de ese tipo de piezas. Conozco al director Julián Villarraga que dirige Matices (donde canto) y a algunos de los cantantes de muy buen nivel, la mayoría aficionados, algunos también coristas de Matices.

Por último un examen oral de árabe el jueves pasado que me dejó sorprendido pues creo que no me fue tan mal teniendo en cuenta el poco tiempo que pude dedicarle a revisar el tema. Estuve leyendo y hablando en árabe (rudimentario) con la profe durante un cuarto de hora. Una hazaña.

La conclusión es la de siempre: el tiempo pasa demasiado rápido para todo lo que me gustaría hacer, en particular, escribir, pues se me han venido ideas de cuentos o novelas, pero no he podido plasmarlas y me parece que se van desvaneciendo sin remedio de mi memoria. Esa es la vida.