domingo, 13 marzo 2011
El eco de un balazo
«Una película es una mujer y una pistola»,
Godard
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/herida/antigua/elpepusocdmg/20030824elpdmgrep_1/Tes
El corazón tiene razones que la razón no entiende, señor juez. Usted es muy joven para acordarse de mí. Fui un abogado muy conocido con una tasa de éxito relativamente alta en mis pleitos durante toda mi carrera, ya que gané la mayoría de ellos. Ahora con ochenta y pico años de edad salgo de mi retiro para defender a esta anciana, que no se merece este tratamiento que la justicia le quiere dar. Ustedes, miembros del jurado popular, tienen que juzgar un hecho acaecido hace cuarenta y ocho años cuando mi clienta tenía veintisiete. ¿Por qué no olvidar lo sucedido hace casi medio siglo? Usted, señor fiscal, ha dicho que la víctima murió hace pocos meses y es por eso que usted quiere encontrar al culpable. Sepan todos ustedes que hay un grave error en este juicio. He escuchado estoicamente el discurso del fiscal y su lógica implacable. He retenido la furia de oír tantas suposiciones y deducciones sin fundamento y sus certitudes ciegas. He retenido las ganas de reír a carcajadas. He analizado las declaraciones poco claras y contradictorias de los testigos. Ahora es mi turno de desenmascarar esta farsa.
Señor juez, si esta señora disparó contra su marido, no fue él quien recibió la bala. Sí, esta señora no lo pudo contar; no lo sabía hasta ahora. No me miren con ojos de incredulidad y más bien pongan mucho cuidado a lo que voy a declarar bajo juramento.
Hace casi medio siglo, su esposo, hoy muerto, y yo nos encontramos a la madrugada en la playa para batirnos a duelo por honor. Sí, señor juez. Los duelos están prohibidos en Francia desde hace mucho tiempo, pero los hombres que aun cuidan como se debe su honor recurren en secreto a ellos. El esposo de esta anciana, que todavía no estaba casada, cortejaba en esa época a mi joven esposa. Todos éramos jóvenes. Yo estaba casado y tenía un futuro planeado por realizar. Cuando el rumor del romance de mi esposa con él empezó a recorrer la sociedad y llegó a mis oídos, tuve que retarlo para que cesaran sus acciones y dejara en paz mi matrimonio, para lavar el insulto a mi honor. ¿O cree usted que he debido matar a mi mujer?, señor fiscal. No, esas cosas se arreglan con un combate consensuado entre caballeros, como antes.
Esta anciana, joven en ese entonces, presa de celos se enteró de lo que sucedería al alba. Los testigos directos ya murieron. Solo quedamos vivos ella y yo. Su esposo y yo teníamos un revolver y una bala cada uno. Los testigos verificaron las armas y se despidieron de nosotros deseándonos suerte. Nos alejamos hasta el lugar convenido para empezar la acción, nos dimos la espalda y caminamos con la pistola cargada en mano contando los pasos hasta que nuestros testigos tocaron un silbato. Dimos vuelta y estuvimos unos segundos sin movernos con el arma apuntando en dirección del otro. Sonaron tres disparos en lugar de dos. El mío fue dar al corazón de mi contrincante sin matarlo. El de esta anciana se perdió en el mar. El de mi contrincante se clavó en mi corazón y aquí en mi pecho está todavía la prueba. Eso sí, si me sacan la bala lo más probable es que me muera yo también.
08:00 Anotado en Juego de escritura | Permalink | Comentarios (0) | Tags: ficción, cuento, juicio
miércoles, 02 marzo 2011
Bäsle, mi sangre, mi alma
Este libro me pareció interesante y bien escrito. Trata de lo efímera que es la vida y de los pocos rastros que quedan del hombre común después de su muerte. Como dice el autor, «Es extraña la vida, que puede no tener más sentido que el de permanecer escrita en unos papeles» o «La ceniza de un ser querido es la ceniza de nuestra propia muerte». No sé qué edad tenía el autor cuando escribió esta novela corta, pero se ve muy joven en la foto de la contraportada. A partir de unas cartas de Mozart a su prima, ha extrapolado un amorío del famoso compositor y una descendencia bastarda que termina en el relato actual del último de ellos. Fuera de la famosa película sobre Mozart y de lo que se publicó en 2006 durante el año de celebración de su 250 aniversario de nacimiento, casi no sé nada sobre su vida y mucho menos sobre su prima. Aquí http://en.wikipedia.org/wiki/Maria_Anna_Thekla_Mozart hay una página sobre ella y aquí http://es.wikipedia.org/wiki/Wolfgang_Amadeus_Mozart otra sobe él. La novela me ha hecho buscar información y conocer un poquitín más su vida. La ficción de Miguel Ángel va más allá de la anécdota plausible, pues plasma las preocupaciones que tenemos sobre nuestro pasado y nuestro futuro. La eterna pregunta existencial de por qué estamos aquí. De todas formas en general lo que se sabe de alguien después de muerto es mínimo y con el paso de los años se desvanece completamente hasta desaparecer de la memoria ingrata de la humanidad.
Bäsle, mi sangre, mi alma
Miguel Angel de Rus
(Narrativa, 36)
Bäsle, mi sangre, mi alma, refleja la historia de amor vivida entre Mozart y su prima Maria Thekla, casi siempre olvidada por los biógrafos del genial compositor, y que ha sido rescatada de su correspondencia particular por Miguel Angel de Rus. Al leer las cartas de Mozart se comprueba que el músico vivió un amor juvenil lleno de pasión e impedimentos. El músico recorría Europa, triunfal, y sus sentimientos se desgranaban en las cartas que enviaba a su padre, a su hermana y a Maria Thekla, cuyo recuerdo enciende su alma. ¿Qué o quién llevó a Mozart a perder aquel amor y a casarse con una mujer casquivana? ¿Pudo Mozart tener un hijo secreto con su prima? ¿Por qué el último hijo de Mozart recibe el nombre de pila de Süsmayr, el alumno del genio que acompañaba a la mujer de Mozart en un balneario mientras estaba embarazada? Hay una cara por descubrir de Mozart: apasionado, rebelde, precursor de los modernos intelectuales, un hombre que sufrió más de lo que los demás hubieran podido soportar.
Novela histórica, llena de descubrimientos, y con una intriga que se mantiene hasta el final.
http://www.edicionesirreverentes.com/narrativa/blasle.htm
14:10 Anotado en Libros | Permalink | Comentarios (0) | Tags: ficción, españa, novela corta, irreverentes
sábado, 26 febrero 2011
Texto roto
Estaba seguro de haberlo dejado ahí. Sin duda ha desaparecido. Vaya, vaya. La duda siempre es posible. ¿Será que había pensado ponerlo y me olvidé? ¿Será que lo cambié sin darme cuenta? Lo cierto es que ya no está y lo peor es que no recuerdo cómo era. Me quedé examinándolo con pelos y señales, con el temor de que otras desapariciones lo fueran esfumando sin remedio, como un texto de tinta al pleno sol. La estructura delataba que había debido de ser un participio pasado y además de un verbo transitivo. Por lo demás todo quedaba chungo e indescifrable. Quizás la rima podría ayudarme a reconstituirlo. Aunque no fuera un poema, tenía ritmo y musicalidad. ¡Caray! Tanto tiempo que me había costado leerlo en voz alta e irlo corrigiendo hasta quedar satisfecho. Eso me pasa por acostarme sin cerrar el cuaderno y los libros, dejando todo en su puesto al abrigo de los ventarrones. ¡Es que tenía tanto sueño! Ni siquiera tuve la fuerza de voluntad para desmaquillarme la cara. El trabajo de payaso es extenuante. Para colmo de males estoy seguro de haber pasado la noche soñando con él hasta que el despertador me borró todo de golpe. No tuve tiempo de memorizar ni una sola imagen. ¡Qué vaina! Es la primera vez que me sucede en esta novela. En otras logré remendar los agujeros dejándolas en buen estado sin que se notara. La ventaja de la informática es que no se notan ni los tachones ni la mala letra, pero el inconveniente es que no se pueden recuperar esas palabras aún visibles de los borrones del borrador si fueran en papel. Es otro tipo de borrador que va quedando en limpio siempre. Para mí que un hado se ha ensañado conmigo. Debe de ser uno como el duende Cobalto que le robaba la plata a los mineros o los troles y elfos de los bosques escandinavos o el mohán que les enredaba las atarrayas a los pescadores en el río Magdalena. ¿Qué textos escribirá en su cueva el sabio gnomo con esas palabras hurtadas? Será un texto enano con seguridad; enano en calidad y cantidad. A menos que haya sido un cabezudo o gigantón menso de feria. Ya no recuerdo qué escritor dijo que había pasado la tarde poniendo las comas que había quitado por la mañana. Esto no tiene sentido ni pies ni cabeza. ¿Será lo que llaman escritura automática? Ojalá llegue sano y salvo el fin de esta adivinanza ficticia, de esta sopa de letras, de este galimatías. Ya está. ¿Sería el verbo ajetrearse o extremar? ¡Joder! Mejor dejarlo como está y que el lector decida qué quiere poner en los espacios vacíos…
08:00 Anotado en Juego de escritura | Permalink | Comentarios (0) | Tags: ficción, escritura