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miércoles, 28 diciembre 2011

El ucub ración escavil acione sydiva gación es

deseos fugacesSin comer ni dormir, sin trabajo ni carreras, deteniendo las horas, el odio, la envidia, las guerras y el hambre, con oídos, ojos y sentidos abiertos por completo al mundo nuevo, cargado de experiencia de años, rejuveneciendo corazón y mente, para aprender lo necesario y lo superfluo, para comparar teorías filosóficas y políticas habidas y por haber, salir sin maletas, cerrar la puerta para siempre e irme a recorrer el planeta, para estar siempre con personas que estén en mi sintonía, en el mismo momento y lugar, abandonando espíritu crítico y prejuicios, comenzar la vida como cuando se escribe en la primera página de un cuaderno nuevo, con una memoria imborrable e inmensa, con un puñado de monedas que basten para vivir bien, para definir el significado de vivir bien, si supiera qué es bien, para dejar atrás la vida aburrida de los eternamente e inmensamente inconformes, antes de que esa estrella fugaz desaparezca del cielo.

lunes, 31 octubre 2011

Trabajo y placer

NV-IMP779.JPGNo deja de sorprenderme que siempre haya alguien que ama el tipo de trabajo que otros odian. Por eso es mejor conseguir a la persona que quiere hacer algo que dárselo a alguien que no tiene ganas. Eso no quita que uno se puede ver obligado a aceptar un trabajo para poder comer. Me considero con suerte por haber podido trabajar en cosas que me gustan.

Volví a pensar en esto hace poco que llevé mi carro a que le cambiaran los neumáticos del verano por los de invierno. Fue un sábado por la mañana. Cuando llegué ya había cola. Pasé en total menos de una hora, pero vi como trabajaba esta gente desmontando y montando ruedas sin parar. Un trabajo físico agotador a pesar de las herramientas modernas. Yo terminaría en la cama y con pesadillas de ver lidiar con llantas todo el día. Cuando caiga la primera nieve, va a ser peor, pues mucha gente deja todo para el último momento y ahí sí que las colas van a ser largas.

Parece que la búsqueda de la perfección en el trabajo o en lo que se haga da mucha felicidad sea cual fuere el trabajo. Curioso de todas formas.

jueves, 06 octubre 2011

Tempus fugit

NV-IMP777.JPGSi veinte años no es nada, como dice el tango, ¿qué son tres años? Es el tiempo que suponía iba a durar mi paso por Europa pero que se prolongó diez veces más y continúa. Es el tiempo que duró mi carrera de ingeniero informático una vez que terminé el ciclo básico común a todas las ingenierías. Es el tiempo suficiente para que un niño aprenda a caminar, a hablar y a imprimir recuerdos en su cabeza que lo acompañarán todo el resto de su vida. Podría ser la duración total de un viaje ida y vuelta a Marte incluyendo su exploración.

Por lo pronto es el tiempo que me separa de la jubilación si todo sale como está previsto. Por eso me siento como cuando uno está llegando a las últimas páginas de un libro y empieza a pensar en el siguiente que se va a leer. O como al final de las vacaciones, inconscientemente, empiezo a pensar en el regreso al trabajo.

Sea como sea, el tiempo se acelera y me queda menos para escribir en este blog. Debe de ser que mis prioridades han cambiado y como le dedico más tiempo a otras, me queda menos para esta. Me falta tiempo para escribir en general y es una lástima para mí pues me hace falta.

Aunque tengo temas y ganas ni siquiera he podido empezarlos. Durante las vacaciones empecé un cuento que sigue inconcluso. En mi cabeza hay una novelita sin terminar. Se me va a borrar y desvanecer irremediablemente.

Muchas de esas ideas nunca las escribiré pues han pasado fugitivas y si uno no las captura al instante, después pierden interés o son reemplazadas por otras. Pero da igual pues se escribe tanto y todos creemos ser escritores interesantes, pero hay tan poco lector, que al final ni vale la pena preocuparse.

Al fin y al cabo esto es un diario abierto, no un diario secreto. Terminé de leer un libro y me gustaría comentarlo. Estuve dos fines de semana jugando Scrabble. Uno en francés y otro en español. Me quedan varias anécdotas y palabras raras para crónicas. Estamos preparando un concierto para el décimo aniversario de mi coro. Por fin me compré un telescopio y estoy aprendiendo a usarlo pues tiene sus complicaciones electrónicas. Durante cuarenta años o no tenía dinero o tenía necesidades más urgentes. Ahora llegó la hora de gastar plata en eso. Nunca me imaginé que iba a llegar el momento de ver en el cielo la estrella más brillante de la constelación del Can Mayor y tener que buscar su nombre pues se me había olvidado que se llamaba Sirio. ¡Caramba! También tengo que volver a cine.

Dicen que el hombre moderno anda tan ocupado para olvidar el vacío y la muerte que se avecina. Dicen que uno debería tomarse el tiempo de sentir su propio cuerpo, su propia respiración, su entorno abriendo los sentidos para tener conciencia de sí mismo y del mundo. Dicen que hemos llegado a tal impudicia que la vida privada pronto va a ser anticuada de tanto exhibirnos. Dicen que la felicidad no está en el dinero ni en tener cosas sino en tener problemas que resolver. Leer es una forma de resolver problemas o enigmas. Nos ocupa el espíritu y nos entretiene. Sin problemas no hay incentivo para vivir. Mientras tanto me callo un rato.