domingo, 11 diciembre 2022
Argentina, 1985
Muy buena esta película de clausura del festival Filmar 2022 en Ginebra, proyectada el 27 de noviembre. Lo mete a uno en el ambiente del proceso de los generales argentinos durante el gobierno de Alfonsín. Visto desde lejos y fuera, uno no se da cuenta de las dificultades para llegar a condenarlos. No recuerdo bien lo que pensé en ese momento. Supongo que me alegré.
Los dictadores se las arreglan para protegerse cuando dejan el poder. Por suerte, la población se puso de lado de las víctimas dada la gravedad de los crímenes. Claro que Menem los amnistió años después, cosa incomprensible, pero luego volvieron a la cárcel.
La película tiene buen ritmo, fotografía y ambientación. Las casi dos horas y media pasan volando.
Por culpa de ocupaciones y resfriados, este año no pude ver sino esta última peli. Ahora el festival dura una sola semana y está concentrado en menos cines. Lo bueno es que continúe después de tantos años y a pesar de la pandemia.
Argentina, 1985
21 octobre 2022, 2h20, Drame
De Santiago Mitre
Par Santiago Mitre, Mariano Llinás
Avec Ricardo Darín, Alejandra Flechner, Paula Ransenberg
Synopsis : C'est un moment clé de l’histoire du pays, le procès des dirigeant de la dictature militaire argentine. Malgré les menaces à leur encontre, les procureurs Julio Stassera et Luis Moreno Ocampo rassemblent une jeune équipe d’avocats composée de héros improbables. Leur mission est d'apporter devant la cour, en quelques mois, les preuves des crimes commis par la junte militaire.
San Sebastián 2022 – Prix du public
Nominé pour représenter l’Argentina aux Oscars 2023
https://www.allocine.fr/film/fichefilm_gen_cfilm=295782.html
domingo, 06 noviembre 2022
Las pilatunas de mi nieto
Mi nieto ya cumplió seis años y se siente muy grande. Un día de estas últimas vacaciones encontré un gancho para tender y secar la ropa (que en otras partes llaman broche, palito, agarrador, pinza, perro, alfiler, prensa, palillo y en francés, pince à linge) en el suelo del balcón. Me extrañó y lo puse encima de un mueble afuera pensando que se le había caído a Coni, mi señora y abuela de León. Otro día Diego, mi hijo y padre del niño, y yo vimos a León guardar otros ganchos en el fondo del cajón de las servilletas. Le dije que no los dejara tan al fondo porque no los íbamos a encontrar. Contestó que él no quería que los encontráramos, pues no quería que los usáramos con él. Me acordé del otro gancho del balcón, le pregunté y confesó que era él quien lo había tirado.
La abuela Coni entonces se acordó de que un día encontró a León cerca de la puerta del balcón con una sonrisa extraña, ella cerró la puerta para que no fuera a salir. Ahí fue cuando tiró afuera el gancho sin que nadie se diera cuenta.
Muy picarito, pues no quiere que durante las comidas le pongamos la servilleta atada al cuello, sino cubriendo sus muslos, ya que, para que no ensucie la ropa, le ponemos un gancho de secar la ropa en la nuca agarrando las puntas de la servilleta.
Esta anécdota me recordó otra de cuando yo tenía más o menos la misma edad de León. Estaba en primer año de escuela primaria. El libro de español que me tocó había sido usado por mis hermanos en años anteriores. Lo que no me gustaba era que los otros niños tenían una nueva edición con diferentes dibujos y el mío ya estaba viejo. La maestra le había dicho a mi madre que sí me servía, pues el texto no cambiaba en lo esencial. Como yo quería uno nuevo como el de la mayoría de mis compañeros de clase, decidí deshacerme de él. Llega a casa y a escondidas lo tiré encima de un armario muy alto. Luego dije que se me había perdido. Mi mamá tuvo que comprarme uno nuevo y yo quedé muy contento. Claro que semanas o meses más tarde lo encontraron en el escondite, que yo ya había olvidado, y me gané un buen regaño.
Los niños no quieren ser diferentes a los demás y quieren ser más grandes de lo que son.
16:04 Anotado en Elucubraciones, Recuerdos | Permalink | Comentarios (2) | Tags: nieto, niñez, escondite
miércoles, 26 octubre 2022
Trampantojo
En un curso sobre arte que estoy siguiendo virtualmente desde la pandemia, Gustavo Lozano, el expositor, nos habló de la historia de Zeuxis y Parrasio de quienes habla Plinio El Viejo. Es una historia que yo conocía, pero ya se me habían olvidado los detalles.
Estos antiguos pintores griegos organizaron un concurso para ver cuál de los dos era el mejor. El primero pintó un cuadro de uvas tan real que vinieron unos pájaros a picotear el lienzo creyendo que eran reales. El segundo pintó un cuadro que estaba cubierto por una tela. Zeuxis quiso mirar lo que había debajo, pero al tratar de levantarla se dio cuenta de que se trataba de una tela pintada. El primero logró engañar a unos pájaros, pero el segundo engañó a un ser humano que además era artista. Parrasio ganó el concurso por supuesto.
Por eso me acordé de una anécdota que me sucedió hace años. En una clase de pintura pinté un lápiz en una tablita a escala 1:1 y muy realista con su sombra, colores y todo. Me gustó el resultado. La dejé en una mesa o escritorio. Un día alguien (¿Georges?) que la vio quiso coger el lápiz para escribir algo. Por supuesto, se sorprendió al darse cuenta de que era una pintura. Ahí les dejo una copia. Voy a volverla a poner a la vista para ver si alguien cae otra vez en el trompe-l'œil.
No tiene título, pero se me han ocurrido:
-Esto no es un lápiz
-No soy un lápiz, pues me pintó Nelson
-Tampoco soy una pipa
-Lápiz, cero
Unas compañeras de la clase de arte, Clory, Claudia, Leonor y Ruth, me propusieron estos otros:
-El lápiz de hacer mis tareas
-Mi lápiz preferido marca “Nelson Mirado”
-No soy un lápiz, pues me pinto
-Pinto, luego existo
-¿Soy o no soy?
Y ustedes, ¿qué opinan?
07:00 Anotado en Arte, Clases, Recuerdos | Permalink | Comentarios (2) | Tags: pintura, percepción, grecia