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lunes, 10 agosto 2009

El juego de siempre

NV-IMP477.jpgUn niño y un balón es una imagen que se puede dar en cualquier lugar del mundo y en cualquier época. Es el juego más fácil de organizar. Correr detrás del balón, quitárselo a los demás, driblar, escabullirse en medio de un grupo de niños que corren detrás de uno o que vienen delante a gran velocidad protegiendo su campo. Me parece mucho más interesante que estar jugando con un artilugio electrónico. En el terreno de fútbol se desarrolla el espíritu de camaradería y de competición, al mismo tiempo se mejora la agilidad, precisión y resistencia física.
No fui un buen jugador de fútbol ni un gran deportista, pero jugué en la calle frente a mi casa o en un campo abierto con otros niños y sentí la alegría de marcar un gol o contribuir a marcarlo con pases decisivos.
Mi hijo también jugó de niño pero en un equipo deportivo de esta región donde se ocupaban muy bien de enseñar correctamente el deporte según la edad de los críos. Nos hizo visitar la región los fines de semana cuando había campeonato. Pero así como le gustó y jugó varios años, un día decidió cambiar de deporte. Practico muchos: natación, gimnasia, fútbol, basquetbol, esquí, boxeo tailandés, rugby y alguno más. Le hacía falta gastar la energía pues era muy activo.
Yo fui un niño calmado. Prefería sentarme a dibujar o a leer o a inventar batallas con soldados de plástico o carreras de carros con modelos a escala. Corría jugando a escondite o la lleva, que era correr detrás de los demás para que tocando a otro fuera este a quien le tocara correr a su turno, o juegos de grupo pero menos complicados y exigentes que los deportes de verdad.
Hace poco vi en la televisión que a los niños japoneses les dan clases para aprender a sonreír, pues como se la pasan comunicando por teléfono celular, ya ni se ven las caras y no sonríen. ¡Cómo cambian las cosas!

18:16 Anotado en Ocio | Permalink | Comentarios (1) | Tags: infancia, deportes, juegos

jueves, 02 julio 2009

Viento de vacaciones

NV-IMP455.jpgEn estos días de verano cuando los colegios y universidades cierran y los empleados empiezan a tomar sus vacaciones largas, se siente una atmosfera diferente: menos tránsito en las calles, días largos que invitan a salir, gente en las terrazas de bares y restaurantes, músicos en los parques, vestidos frescos e informales en hombres y mujeres, perfume de vacaciones.
En general aquí la gente se divide en tres grupos aproximadamente: los que prefieren o les toca quedarse en casa o trabajan en julio y agosto, los que se van en julio y los que se van en agosto. En francés se habla de «juillietistes» y «aoutiens», que es como decir «julieteros» y «agosteros».
Lo malo de julio y agosto es que es la época en que la mayor parte toma sus vacaciones y por ese motivo todo se encarece en los lugares más turísticos. Las grandes ciudades al contrario se vuelven menos estresantes. Si no fuera por el tiempo más variable, me gustaría salir dos semanas en junio y dos en septiembre; al fin y al cabo el verano en esta región es muy agradable y animado.
Cuando mi hija no había entrado a primaria y podíamos elegir, evitábamos viajar en julio y agosto. Una vez dividimos efectivamente las vacaciones entre Juan Les Pins en el sur de Francia y Ámsterdam en los Países Bajos. Lo malo fue que en lugar de ir al norte en junio y al sur en septiembre, hicimos lo contrario y claro, en junio nos dio demasiado calor y en septiembre tuvimos mucha lluvia y mal tiempo.
Este año saldremos en agosto. Falta un mes de trabajo todavía y tengo mucho por hacer. ¿Para qué me puse a pensar en vacaciones?

18:43 Anotado en Ocio | Permalink | Comentarios (2)

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