viernes, 18 junio 2010
Escuela de Cine de Ginebra
Anoche era la entrega de diplomas de la Escuela de Cine de Ginebra con la proyección de los cortometrajes que fueron los proyectos de grado. Fue una hora de visualización de ejercicios prácticos de ficción de buena calidad, pero inevitablemente con sus altos y bajos. Me parece que el punto común fue la sangre y la muerte violenta. Creo que el que más me gustó fue uno en el que, sin ser cine mudo, ningún personaje habla pero uno entiende perfectamente bien lo sucedido que interpreto como sigue: Una joven visita en la noche el lugar del accidente en moto donde un joven murió. Parece haber sido su amante. El espíritu del muerto se le aparece en el bosque, la lleva a ver a su familia y hasta la tumba de los dos, es decir ella y él. Al ver a su madre postrada ante sus fotos, cambia de idea, regresa al lugar del accidente y descarga su pistola con la que aparentemente había decidido suicidarse. Me pareció muy bien hecha en todos los aspectos. Hubo otras que me gustaron como la de un vendedor de hamburguesas, la de una joven que simula un suicidio para que la mujer de su padre, que no es muy claro que sea su madre, se suicide. Se nota que los jóvenes se divirtieron y trabajaron mucho.
08:50 Anotado en Películas | Permalink | Comentarios (0) | Tags: ficción, suiza, cortometrajes
martes, 15 junio 2010
Intense week-end de scrabble classique
Le dimanche 13 juin dernier c'était notre deuxième tournoi de scrabble classique français à Genève. En 2009, le podium était Philippe Budry, Nicolas Bartholdi et Olivier Evrard parmi treize participants où j'avais terminé dixième. En 2010, le podium est Nicolas Bartholdi, Francis Niquille et Philippe Budry parmi quinze participants où j'ai fini huitième. À part quelques soucis avec le logiciel de gestion de tournoi classique qui a fait des siennes en s'entêtant à ne pas laisser partir un joueur en cours de tournoi, mais qui a fini par céder, tout s'est bien passé.
domingo, 13 junio 2010
Niebla oscura y confusa
Inspirada en una frase de Carlos Ruiz Zafón
en El príncipe de la niebla.
La decisión era terminante: partirían al amanecer del día siguiente. Hasta entonces, debían empacar todas sus posesiones y prepararse para el largo viaje hasta su nuevo hogar. Eran las seis de la tarde, les quedaban menos de doce horas para tener todo listo. Salma quería llevarse todo, Sigmar, abandonarlo todo. Ella sacó las dos maletas más grandes que tenía, él, un morral mediano. Patrick vendría a buscarlos en su camioneta azul. «Pondré mis álbumes de fotos, joyas, cartas de amor, diplomas, remedios, trajes, perfumes, maquillaje, libreta de direcciones, teléfono, cámara fotográfica, PC, libros favoritos, diccionarios. ¡No sé, no sé! Tenemos poco tiempo», decía en voz alta buscando sus cosas.
«Llevaré mis recuerdos en la cabeza, un lápiz, un papel, mi pasaporte, mi tarjeta de crédito, ropa para tres días, el dinero en efectivo que tengo en la caja fuerte, una pistola, barras vitaminadas y agua en una cantimplora. El resto sobra», comentaba él despreocupado mirando un partido de fútbol en la televisión. Salma empacaba sin parar. Cuando terminó el partido antes de medianoche, se levantó, puso lo anunciado en su mochila y se fue a dormir. Salma siguió dando vueltas sacando algo de las maletas para poner otra cosa de pronto más importante. Una niebla espesa invadió la ciudad ahogando todas las luces de ese invierno austral.
Sigmar abrió los ojos a las cinco de la mañana, se levantó como un resorte, se preparó sin prisa y salió al balcón para esperar a su amigo. La niebla apenas dejaba ver la entrada del edificio quince pisos más abajo. Salma dormía profundamente sobre sus maletas atiborradas y sin cerrar. Su compañero salió tranquilo, cerró la puerta sin llave y bajó al encuentro de Patrick. «¿Solo llevas eso? Vamos lejos. ¿Dónde está Salma?», preguntó el irlandés. «No necesito nada más. Lo dejo todo. Quiero empezar una nueva vida. Salma decidió quedarse. ¿Adónde vamos?», contestó Sigmar sin ninguna expresión en su rostro. «Allá ella si se quiere quedar. Al fin y al cabo es a nosotros a quienes quieren matar. Nuestra misión es llevar sano y salvo al hijo del rey de la mafia a su tierra natal en la isla del Príncipe de Galles en la península del cabo York al norte de Australia. Nos está esperando en un escondite a las afueras de Melbourne para recorrer más de tres mil kilómetros de sur a norte», explicó Patrick mientras se alejaban.
08:00 Anotado en Juego de escritura | Permalink | Comentarios (1) | Tags: ficción, frase, viaje, tiempo