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martes, 15 septiembre 2009

Comienzo de curso

NV-IMP503.jpgEsta semana el ritmo de mis actividades se acelera. Hoy por ejemplo comencé las clases de árabe que son dos veces por semana, es decir un total de tres horas. Tenemos profesora nueva. Una señora egipcia simpática y sería en su trabajo. Me ha dejado una primera buena impresión. Somos tres alumnos, los mismos que terminamos el curso anterior en mayo. Temía que no nos dieran clase este año por falta de alumnos o que me pusieran en un nivel que no me corresponde por falta de un grupo adecuado, pero no.
Lo malo es que estos meses de verano se pasaron volando y apenas abrí el libro un par de veces. Lo bueno es que no se me había olvidado todo y hoy pude entender lo que decía la profesora, contestar preguntas, leer en voz alta y escribir. Nadie me obliga a tomar estar clases; me alegro que me guste aprender. Evidentemente ahora me cuesta más trabajo pues no me queda mucho tiempo libre y la cabeza no está tan fresca como cuando estaba joven. No sé hasta qué nivel lograré llegar. Por el momento tengo ganas de perseverar lo máximo.
Hoy también volvemos a reunirnos regularmente con el club de scrabble. Hemos fijado un día adicional de la semana para jugar en español. Los martes por la noche y los jueves a mediodía, será en francés; los miércoles, será una velada larga en español: tenemos planeado empezar a las cinco y media en mi trabajo, para después ir a comer al Paddy’s Pub en Ferney y seguir jugando como de costumbre.
El coro de los lunes ya empezó hace tres semanas. Estamos preparando un concierto que tendremos el 10 de octubre. Menos mal que ya no formo parte de las juntas de dos asociaciones de cine que me ocupaban muchas horas.
El que mucho abarca poco aprieta, dice el dicho. A veces me pregunto cómo sería mi vida si no tuviera todas estas actividades fuera de mi trabajo (que ya de por sí me ocupa ocho horas diarias). ¿Saldría para la casa temprano, me pondría a ver televisión o a leer o a cocinar o a viajar por la Internet? ¿Escribiría más? ¿Me acostaría más temprano y me levantaría más tarde? No lo sé. Supongo que el tiempo pasaría menos rápido.

13:01 Anotado en Lengua | Permalink | Comentarios (2) | Tags: clases, árabe, idioma, pasatiempos

martes, 08 septiembre 2009

Palabras con nv

NV-IMP497.jpgHe descubierto en las estadísticas de acceso a este blog que varias personas han llegado aquí buscando «palabras con nv» a través de motores de búsqueda. Supongo que se habrán sorprendido al ver el resultado que no tiene nada que ver con el tema. (A partir de hoy encontrarán al menos esta nueva nota al respecto.) Acabo de buscar lo mismo en Google, pero no aparece este blog entre los primeros resultados. Curioso.

El diccionario VOX me da 239 palabras con –nv-. Por ejemplo, 78 palabras que tienen –conv- como: anticonvencional, biconvexo, convalaria, convalecer, convalidar, inconveniente o reconvertir; 86 palabras que contienen –inv- como: desinversión, invadir, invencible, inventar o reinvertir; 62 con -env-, como bienvenida o envalentonar.
Las más interesantes para mi gusto son las raras como: concavoconvexo, convexocóncavo, trotaconventos, inverecundo, sinvergüenza, balonvolea, bidonville, buganvilla, duunviro o circunvecino.

Mirando esas listas caigo en la cuenta de que no debe de ser muy fácil para los hispanohablantes menos letrados determinar si una palabra se escribe con –nv- o con –mb- pues se pronuncian igual en nuestro idioma.
Hay muchas más palabras que se escriben con –mb-, más de 900. Algunas parecen fáciles de aprender como por ejemplo bomba y sus derivados: abombar, abombamiento, etc.; verbos que terminan en –mbrar: acostumbrar, aherrumbrar; palabras terminadas en –mbre: calambre, alambre.

Encontré palabras raras como mambay, balumba, camba o chamberí; cuatro entradas con –nb-: funboard, hornblenda, PNB y tanbur; pero ninguna con –mv-.

Hoy no me explico cómo aprendí esas ortografías que me parecen evidentes. La regla dice que antes de uve es ene y antes de be es eme, pero no hay ayuda para saber si una palabra se escribe con be o con uve; es un rompecabezas para muchos. De ahí que nombres propios como el mío existan con be y con uve o que nombres propios como Canberra nos choquen o que la ortografía francesa de bombón, siendo bonbon, nos sorprenda.

14:16 Anotado en Lengua | Permalink | Comentarios (1) | Tags: ortografía, be, uve

sábado, 05 septiembre 2009

Traducción

NV-IMP494.jpgHace unos meses le pregunté a un amigo interprete inglés, muy experimentado, cómo hacía para traducir los chistes que algunos delegados dicen a veces en medio de una intervención. Me dijo que lo más usual era decir: el delegado X acaba de contar un chiste, sin tomarse la pena de traducirlo, pues no hay tiempo de buscar un equivalente chistoso. El humor es difícil y a veces imposible de traducir.
También me contó una anécdota que le sucedió a él. En una conferencia sobre igualdad femenina un delegado después de una intervención en la que claramente apoyaba los derechos de la mujer terminó con un lapsus diciendo que apoyaba la igualdad masculina o algo por el estilo. El interpreté que se dio cuenta del error, corrigió automáticamente al traducirlo y los que escuchaban la cabina inglesa no notaron el problema. Al día siguiente, el mismo delegado pidió la palabra para excusarse y al interprete le tocó explicar a sus oyentes ingleses en directo lo que había pasado el día anterior. Un ejercicio un poco arriesgado corregir al interlocutor, ¿no?
¿Hay cosas realmente imposibles de traducir? Todo dependerá de qué se quiere traducir. ¿Qué tal la traducción de poemas? Los hay más difíciles que otros; ¿se traduce la musicalidad, el sentido, los dos...? ¿Y las traducciones técnicas? Por ejemplo de manuales informáticos sin tener acceso al programa o las de un manual de aviación; ¿hasta qué punto hay que ser experto en el tema o en la lengua o en las dos?
Además uno ya traduce el pensamiento en palabras y el texto original no es «perfecto», especialmente si el autor no tiene las ideas claras, por ejemplo cuando escribe las primeras versiones de una nueva teoría o cuando se expresa en una lengua extranjera. En mi trabajo por ejemplo hay el caso de recomendaciones de normas de telecomunicaciones escritas en inglés por un japonés o un ruso que son muy difíciles de traducir. El tema es interesante en efecto y hay mucho de lo que dice Humberto Eco sobre la negociación y el compromiso que parece que son nuevas teorías en la teoría de la traducción.