viernes, 11 septiembre 2009
Enfermedades infantiles
Parece que con lo de la gripe A(H1N1) tendremos que estar muy atentos para evitar el contagio durante el invierno en el hemisferio norte. Los medios de comunicación andan muy alarmistas y uno no sabe qué pensar. En la televisión un médico francés decía hace poco que hay enfermedades y epidemias que causan más muertes pero tienen menos recursos para luchar contra ellas o nadie las menciona. Se oyen rumores de todo tipo: que es una campaña para que las firmas farmacéuticas ganen más dinero, que es una manera de luchar contra la crisis económica, que es una reacción excesiva de la OMS que tiene remordimientos por no haber actuado rápido contra el SIDA y ahora quiere reivindicarse con este nuevo mal. En fin.
Recuerdo de niño cuando descubrían piojos en la escuela, cuando llegaban las paperas, la viruela, la varicela o una simple gripe y uno tras otro los niños nos íbamos contagiando. Mi mamá a veces prefería que nos dieran las enfermedades de una vez y nos ponía a jugar entre hermanos si a uno el daba una enfermedad infantil y el otro no la había sufrido todavía. Otras veces, no sé por qué, lo dejaban a uno aislado evitando que los demás niños se acercaran.
Cuando tocaba quedarse en su cuarto encerrado todo el día mientras los demás estaban en la escuela, era muy aburrido. Esas horas pasaban lentamente, hasta que por fin regresaban los hermanos del colegio y la casa se animaba un poco. Al volver a clase tocaba recuperar el tiempo perdido.
Siendo padres nos tocó desvelarnos muchas noches cuidando de nuestros pequeñines enfermos. Esa es la otra cara de la moneda.
En un viaje a Colombia hace como veinte años un sobrino en Bogotá le pasó la varicela a mi hija y a otros primos, mi hija se la pasó a sus primos y a unos tíos en otra ciudad y así al final hubo más de diez personas conocidas enfermas en ese mes. Menso mal a mí y a mi esposa ya nos había dado de niños y no nos pasó nada.
Las gripes fuertes es otra cosa. Desde hace varios años me estoy vacunando contra la gripe todos los inviernos. Al poco tiempo de llegar a Ginebra en uno de los primeros inviernos, un resfriado mal cuidado se me complicó en pulmonía y pasé un mes en casa tomando antibióticos fuertes hasta que me repuse.
Esperemos que la famosa epidemia sea menos fuerte y peligrosa de lo que la pintan.
viernes, 04 septiembre 2009
Viaje a Marte
A veces tengo sueños raros. Esta semana soñé que llegaba a mi oficina y descubría que a todos nos habían cambiado de despacho y claro, no encontraba a mis colegas. Anoche soñé con un viaje a Marte. Sabía que iba en una nave espacial hacia un planeta, creo que era Marte, pero no era inhóspito como el planeta que conocemos del sistema solar, sino muy parecido a la Tierra. No me acuerdo si iba solo o acompañado. Sentí la entrada en la atmósfera y luego ya estaba caminando por el suelo como en un bosque de montaña en los Alpes. Estaba preocupado en lo que me iba a pasar si me encontraba con un marciano. Apareció una joven rubia que parecía sueca o polonesa. No sabía qué decirle ni si nos íbamos a entender. Me preguntó de dónde venía. No sé en qué idioma hablamos, pero le contesté que acababa de llegar del planeta Tierra y le señalé el cielo. Le pareció muy natural y me contó que hacía unos decenios había llegado desde la Tierra un grupo de humanos a conquistar ese planeta, que habían enviado tres mujeres por un hombre y que habían logrado adaptarse y reproducirse rápidamente. Creo que en ese momento el despertador me hizo aterrizar en mi cuarto y me levanté desvaneciéndose mi sueño. A veces tengo sueños raros.
18:46 Anotado en Recuerdos | Permalink | Comentarios (1) | Tags: sueños, viajes espaciales
jueves, 03 septiembre 2009
Frontera y aduaneros
Calculo que he pasado la frontera franco-suiza más de nueve mil veces desde que vivo aquí, es decir mínimo dos veces al día para ir y venir del trabajo durante veintiún años y pico.
Al llegar tenía un carro con placa de la región parisina y me paraban los aduaneros casi sistemáticamente. Después cambié la placa por una del departamento del Ain y tomé otras rutas para evitar la aduana principal donde hay tanta cola de autos. Rara vez me han parado. Le preguntan a uno si tiene algo que declarar, a lo sumo le piden que abra la bodega del auto y lo dejan a uno seguir.
Una vez me encontraron un paquete de 25 cigarros colombianos que había traído a unos amigos y después de examinarlo y de decirme que normalmente no tenía derecho, me dejaron seguir. Otra vez había olvidado que tenía unos neumáticos en el cofre pues acabada de comprar unos de invierno y claro me preguntaron dónde los había comprado, me tocó mostrar el recibo y me dejaron seguir. Hoy a las seis de la mañana en una aduana, donde generalmente no hay nadie estaban dos aduaneros suizos escondidos y me sorprendieron, me hicieron parar, me preguntaron para dónde iba (dije que al fitness), que si trabajaba en Suiza y me pidieron el permiso de trabajo. Se los mostré y me dejaron seguir.
Calculo que en total me habrán pedido los papeles de identidad en estas fronteras un máximo de cuatro veces. Por lo tanto la probabilidad de que me los pidan de nuevo mañana es aproximadamente de 4/9000, es decir menos de 0,000444. No es muy grande.
17:16 Anotado en Recuerdos | Permalink | Comentarios (2) | Tags: estadísticas, controles