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martes, 28 septiembre 2010

La primera vez que...

NV-IMP686.JPGHabía oído hablar mucho de ella, la había visto en libros, revistas, cine y televisión pero nunca había estado tan cerca personalmente. Tenía unos diecisiete años de edad, siempre había vivido en el interior del país y aunque tenía ganas de conocerla, no se me había presentado la oportunidad. Ese primer día por fin sentía su presencia imponente y cálida. Dicen que es muy ambigua. Unos dicen que es ella, otros que es él, pero nadie conoce a ciencia cierta su verdadero género, pues no tiene sexo. Creo que fue en Cartagena o en Santa Marta donde nos encontramos. Era un día de sol tropical, estaba con un grupo de jóvenes de mi edad, unos costeños, otros cachacos. El primer contacto físico fue a través de mi piel que sintió su calor que me abrasaba. Si nos hubiéramos encontrado aquí en Europa, las cosas hubieran sido diferentes. La segunda sensación me la dio mi lengua y mi boca, fue un contacto con sabor a sal. Luego vinieron los empellones fuertes y los revolcones que me dio por sorpresa tirándome al suelo y cubriendo todo mi cuerpo con su enorme masa. La oía rugir desde la ventana de mi hotel, la sentía en la humedad del aire y en la brisa que me traía sus olores salados. Le tenía respeto y todavía se lo guardo, pues no he sido muy buen nadador. Fue como sentirme flotando en una sopa caliente, con algas nadando a mi lado en medio de olas espumosas. Esa noche oscura desde la ventana de mi hotel vi su espuma como de perro rabioso que acariciaba la playa de arena y el rumor de su arrullo de gaviotas me quedó grabado para siempre en la memoria.

21:30 Anotado en Recuerdos | Permalink | Comentarios (3) | Tags: mar, agua, memoria

lunes, 27 septiembre 2010

Corrector ortográfico

horrores.jpgAlguien se quejaba de los procesadores de texto que subrayan en rojo las palabras que les parecen equivocadas, a veces sin razón, pero dejan pasar errores semánticos del tipo: comer como un cardo y más áspero que un cerdo. Lo lógico sería intercambiar cardo y cerdo en estas dos frases. Una vez, en lugar de cuenta escribí cuneta y claro, el programa ni se enteró. Un amigo me contaba que sus alumnos de ingeniería escribían sus informes o tareas con ayuda del corrector ortográfico pero mal usado, pues aceptaban las sugerencias sin pensar. Así cuando escribían extricto por estricto o espresión por expresión podían escoger extracto y es presión sin darse cuenta del disparate. El resultado puede ser hasta cómico. Sin embargo, estos sistemas se han mejorado con el tiempo y es raro que propongan palabras muy diferentes a la que uno quería escribir. Lo bueno es que ahora pueden detectar errores menos superficiales como la concordancia de artículos y adjetivos con los sustantivos correspondientes. Hay que tener cuidado con las correcciones automáticas que va cambiando errores comunes por la palabra correcta, pues puede escoger la palabra que no conviene. El que debe tener la última palabra es el autor y el que escoge lo que quiere escribir., porque si uno decide escribir un texto surrealista con palabras inventadas a propósito el procesador de texto debe dejarnos la vida tranquila.

Esos automatismos parece que se van a generalizar. Ya las fotocopiadores «inteligentes» toman decisiones sin pedir permiso y terminan haciendo lo menos pensado. Se están probando por ejemplo sistemas de corrección del manejo para detectar el peligro antes del conductor y así poderle avisar a tiempo. ¿Cómo será el futuro?

domingo, 26 septiembre 2010

Vértigo

NV-IMP685.JPGDijo, exclamó, habló, espetó, gruñó, refunfuñó, expresó, comentó, refutó, preguntó, respondió, indicó, explicó, expuso, señaló, apuntó, enumeró, detalló, mencionó, citó, nombró, contó, declaró y hasta recitó, proclamó, comunicó, advirtió, pronosticó, peroró, gritó, opinó, formuló, enunció, profirió, consideró, murmuró, masculló, musitó, volvió a advertir, aseguró, aseveró, arguyó, conjeturó, supuso, maldijo, juró, desvarió y luego desesperado calló, enmudeció y esperó una respuesta. La mujer lo miró a los ojos y por primera vez después de una semana de mutismo contestó: «Ya no te aguanto más. Me voy pues en esta casa ya no puedo leer tranquila».

08:00 Anotado en Cuentos | Permalink | Comentarios (1) | Tags: ficción, sinónimos, hablador